Cuenta la historia de Ludmila, quien está totalmente ajena al mundo del fútbol. O eso se pensaba hasta que conoce a Tomás: un ejecutivo e intenso hombre que pone la atención en ella; quien se niega a abrir las puertas al amor. Allí es donde escucha...
Arrugo mi frente finalmente recordando y entendiendo sus palabras hace una semana:
. . .
"Quedatela. Fue tuya desde el principio."
. . .
Por eso había tardado bastante aquella vez en su casa, por eso no tuvo problemas en que vaya a comprar y quedarse solo, por eso la sugerencia de ir a su casa en busca de una pelota. Le había grabado mi nombre al otro lado de la misma. Y ahora lo entendía.
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Camino hasta la puerta de Enzo para tocar el timbre de su departamento, había decidido salir de casa para obtener las deseadas respuestas, porque todo me estaba volviendo loca.
— ¡oh, hola, Lud! ¿Viniste a ver a Enzo?
—Sí, hola, Eze. ¿Está?
—lamentablemente no. Hoy se quedó más de lo normal en el club ya que las cosas no le estuvieron yendo bien últimamente en los entrenamientos, le sugirieron quedarse a entrenar más así que acepto, y por eso estoy acá. —se hace a un lado para que pase y lo hago. —quise sorprenderlo con una comidita. Bueno, un delivery, pero esta bueno igual.
—que lindo, Eze. Sé que sabes algo, por eso quiero preguntarte... porque vi la foto que subió a su instagram. Me conocía desde antes, ¿no?
— ¿f-foto que subió a instagram...? Mmm...
—no, no juegues. Se que sabes, decime por fa. Quiero saber la verdad. —digo y suspira.
—bien, sentate.
—soy toda oídos.
—bueno... fue en el partido que lo invitaron. Al principio no quería ir, entonces lo convencimos para que vaya, se divierta, salga un poco. Lo habíamos llevado, yo llegué a lo último cuando me había mandado que se estaba aburriendo y que se iría, así que fui a hacerle compañía. Cuando lo vi, estaba muy conmocionado. Me explicó que estaba a punto de irse, cuando alguien delante suyo lo había pisado por saltar, pero más le llamó la atención porque había sido la única en la vida, que festejando, pida perdón. Con muchos hinchas, saltos y gritos. Eso jamás pasa ya que es normal golpear a otros sin querer. Entonces cuando los escuchó hablar de que irían luego para sacarse una foto con Román, te siguió. Y ahí saco esa selfie de él, con ustedes detrás sacándose una foto con la foto de Román. Y esa es toda la historia, lo juro.
