v e i n t e

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    Camino para entrar al club, mientras voy llevando algunas cosas que se había olvidado Luciana en casa. Hoy sería un día tranquilo ya que solo debíamos venir a sacarnos la foto oficial del equipo. Aquello traía bastantes cosas igual; ya que debíamos maquillarnos, estar listas con el equipamiento, llegar temprano, y demás. Cuando voy llegando, Ramiro ya estaba allí, voy caminando a él para saludarlo pero algunas palabras vienen a mi mente.



"bien. Pero no hables con Ramiro a mis espaldas o con algún otro. Sino usalo a él y pregúntale si quiere ayudarte. Si me entero que lo hiciste, de una vez por todas voy a denunciarte por obligarme a hacer cosas raras."






   Llego a unos pasos detrás de él, pero me doy vuelta dispuesta a salir de ahí e ir con las chicas.


— ¡oh, Ludmi, hola! —cierro los ojos con fuerza, porque me había visto. Me doy vuelta y ahí está él.


— ¡oh, hola!



— ¿cómo estás? Te estaba buscando porque te quería mostrar algunas cosas.



— ¿si? B-bueno, uhm...



—es rápido, y necesito una opinión verdadera. —sonrío, Enzo no estaba cerca hoy, así que podría intentar.



—claro, vamos.







—claro, vamos

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Abro la caja mientras se sienta a mi lado y puedo ver los botines nuevos que había comprado.



— ¡están geniales!



—creo que debería comprar otros lisos, estos me duelen bastante.



—Enzo me dijo que estos te ayudan bastante una vez dentro de la cancha, fuera, quizás deberías probar otros.



—y también la textura de la pelota que compre es bastante rara y pesada.



—porque no son los que normalmente deberíamos usar, Enzo compró los suyos en España, acá no se consiguen. Solo debemos acostumbrarnos. —digo y ríe.



— ¿y cómo llegó una chica como vos a este club?



— ¿una chica como yo?



—sí, no me malinterpretes por favor. —se apresura a decir. —es que no pareces del tipo que arremete con violencia a otro por obtener un balón. —me río por imaginarme aquello.



—no lo sé. —o más bien si. Y no es cómo llegué, sino por quien. —creo que lo sentí, un día llegué y me quedé y todos los días me esfuerzo por estar. —le explico y me escucha atento. Sonrío y miro a un lado, donde estaba la entrada, para ver a Enzo entrar distraído con su celular. Abro los ojos como platos al verlo. Tomo la caja que tenía en las manos, la cual era bastante grande, y me tapo la cara.



"2gether" //Enzo Fernández//Where stories live. Discover now