06. el sueño argentino

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Había pasado casi una semana entera

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Había pasado casi una semana entera. Moira había estado trabajando al igual que la semana pasada, a tal punto en que ya era fácil y común interactuar con los futbolistas y tomarles fotografías. A decir verdad, los jugadores se comportaban como unos nenes la mayor parte del tiempo y muy pocas veces estaban serios, sólo cuando entrenaban o cuando Lionel Scaloni los empezaba a cagar a pedos. Eran personas normales, ninguno la había hecho sentir mal o inferior simplemente por el hecho de ser una fotógrafa y realmente valoraba aquello. Lionel Messi la intimidaba por completo y después de compartir algún que otro comentario pasajero, levemente se estaba sintiendo mejor en su presencia.

Algunos de ellos, como el Papu Gómez y Rodrigo De Paul jodían y le decían que les sacara fotografías de buenos ángulos, con el pretexto de «salir más facheros», y otros simplemente se dejaban fotografiar desde cualquier perspectiva. Moira se había permitido cruzar una línea, diciéndole a Rodrigo que le iba a sacar mejores fotos, si le prometía conseguir un autógrafo de Tini. Se lo había dicho bromeando, pero cuando él apareció en uno de los entrenamientos, con un papel en mano, Moira se sintió igual que su viejo viendo el autógrafo de Messi. Tini era Tini, la triple t, le encantaba sus temas y por más que no era su máxima ídola, sentía cierto fanatismo por ella. Así que desde ese momento, tuvo que procurar tomarle muy buenas fotos al jugador, incluso llegando a photoshopear sus brazos para que se viera más musculoso.

Julián Álvarez se había cagado de risa cuando ella recibió el autógrafo de Tini, y ella se sentía cada vez más cómoda en su presencia. Julián y Enzo eran con los que más hablaba y compartía conversaciones. Los chicos estaban todo el tiempo entrenando, hablando con su equipo, con Scaloni y con personal médico, haciéndose chequeos para saber que estaban al cien por ciento para darlo todo en la cancha. Sin embargo, esos tiempos libres que encontraban, la pasaban sentados en el jardín del hotel, tomando mate y jugando a las cartas. Así era como estaban en ese preciso momento.

—Che, Enzo, me parece que ahora que metiste un gol te haces el creído.— bromeó ella, dejando una carta y tomando otra. Julián respondió con una risa y el moreno les dió una muy mala mirada a cada uno. Enzo había dicho que era bueno jugando al Chinchón, sin embargo, la ganadora invicta por el momento era Moira.

—Pedile a Juli que te dedique un gol.

Moira le sacó la lengua.— No necesito que nadie me dedique goles.

No sabía en qué momento habían empezado las bromas entre ellos, tal vez unos días antes, cuando Enzo empezó a reírse y hablar de su estado el día en que había regresado borracha. Todo el tiempo estaba jodiendo sobre Julián y ella, diciendo que se veían lindos juntos, que se tenían ganas y un montón de cosas de esa índole. Así que se había visto con la obligación de hacerle pagar esos momentos incómodos. Era fácil ponerse a pelear con él, aunque nunca llegaban a un punto grave, sólo se hacían chistes bobos. Eran como dos hermanos, y a decir verdad, Enzo Fernández le hacía acordar a su propio hermano, quien todo el tiempo quería meterse en su vida.

Spiderverse ✓ ⋆ Julián Álvarez 🕸️Where stories live. Discover now