Capítulo (2) ✔

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Quería darte las gracias mi lector/a por el apoyo que le has brindado a la historia, te mando muchos besos, dicho esto, disfruta tu lectura 😘

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Quería darte las gracias mi lector/a por el apoyo que le has brindado a la historia, te mando muchos besos, dicho esto, disfruta tu lectura 😘. (capítulo muy corto)


Temprano por la mañana, el sol aún no sale, se podía sentir el frío. El hombre pelirrojo se levantaba de su cama cuidadosamente para no despertar a su mujer. Con pasos lentos se acercaba a su ropero para poder elegir su traje, una vez cambiado salió de la habitación, un poco somnoliento se acercaba a la cocina. Sacó su linda taza blanca con algunas pinturas que realizó su mujer, tomó el café del día. En su mirada se notaba un toque de esperanza y entusiasmo.

En la oficina todo había vuelto a la normalidad, cada quien se encontraba en su área de trabajo. La atención se volvió toda para He Tian, había llegado en un auto diferente, tenía un traje lujoso y bien arreglado. Caminaba con confianza, mientras saludaba a todos con una sonrisa, algunos eran saludados con una atención diferente y con la habitual seguridad que ese hombre pelinegro siempre portaba se acercó a Mo, el pelirrojo iluminaba la mirada de Tian.

-Buenos días- Saludó He Tian entusiasmado.

-Buenos días- Respondió Mo.

Mo solo se limitó a saludar y bajó la mirada, no quería entablar una conversación con su gerente, sentía rencor, He Tian se percató de aquello y continuó su camino.

Todos estaban sentados frente a un ordenador, todo parecía ir tranquilo. El gerente no volvió a pasar por ahí.

-Mo- Llamó un compañero de trabajo.

-Dime- Contestó Mo.

-¿Tienes hambre?- Cuestionó él.

-Un poco- Respondió Mo.

-Escuché que habría una comida por lo de el nuevo gerente- Comentó alegre.

No hubo respuesta por parte de Mo, seguía mirando el ordenador haciendo su trabajo, todos se levantaron de sus asientos al oír las fuertes pisadas de los gerentes y algunas personas con más rango.

-Buenos días- Dijeron todos al unisono.

He Tian estaba parado frente a todos, acompañado de sus compañeros de trabajo. Su mirada solo podía seguir a una sola persona.

-Habrá una comida en honor a el señor He Tian- Habló uno de ellos. Irradiaba emoción y orgullo- Necesitamos de su cooperación.

Desde la posición del pelinegro se podía observar a la perfección la constitución del rostro de Mo, el ceño fruncido que adornaba su pálida cara que también era espolvoreada de pecas claras, lo cual, sin duda, le daba un toque único. Él sabía que su interior era igual de bello que su exterior.

He Tian llegaba cansado a su lujosa casa, hoy había sido un día bastante bueno. Pero el trabajo lo perseguía, tomó una ducha caliente. Preparó una taza de café. Caminó hasta llegar a su lugar favorito, buscó entre sus llaves. Una llave morada, estaba ansioso, en cuanto entró encendió las luces...

Nadie sabe lo que hay dentro.


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