De fondo escuchó como Scarlet gritaba su nombre, de hecho, la había perseguido gritándole desde que había salido corriendo. Y cuando abrió la puerta del enorme salón, entendió porque su hermana quería frenarla.

Sus ojos fueron a parar directo a los de Blaise, pero no se detuvo allí, porque a su lado había una hermosa mujer que lo tomaba de su brazo. Hizo un recorrido con la mirada pasando por cada uno de los presentes y casi si sintió nauseas cuando su madre la observó con una horrible compasión.

— ¡Emmaline querida! —exclamó la señora Lemaire—, te estábamos esperando para las presentaciones formales.

¿Presentaciones? Ya conocía a Blaise.

Lo conocía perfectamente.

Parpadeó varias veces intentando reaccionar y entró con tranquilidad, o mejor dicho fingiendo tranquilidad.

— ¡Pero si ya nos conocemos! —exclamó Hermione—, no nos hemos olvidado de Blaise, no podríamos olvidarnos de él ni, aunque lo deseáramos con fuerzas.

Amaba a su hermana y la capacidad de hacerse la tonta que tenía, además de su habilidad para tirar comentarios sarcásticos.

— Pero Blaise no ha venido solo —explicó el señor Lemaire, como si nadie hubiese notado la presencia de esa extraña mujer.

— Ahora que todos estamos aquí, les presentaré a lady Gauthier, la prometida de Blaise —comentó orgullosa—, lady Gauthier, ellas son Margot Carter y sus hijas, Emmaline, Scarlet y Hermione Carter.

«Prometida»

— ¡Felicitaciones! —exclamó Margot con alegría.

Su madre al menos era excelente fingiendo felicidad.

— Felicidades señor Lemaire —dijo Scarlet quien jamás perdería sus buenos modales a pesar de la molestia—, también para usted lady Gauthier.

— Le agradezco señorita Carter —dijo la mujer que estaba ocupando su lugar.

Porque ese era su lugar. Ella era quien tenía que estar tomada del brazo de Blaise anunciándole a la familia que se casarían pronto.

Apenas hizo un asentimiento con su cabeza y observó a Hermione quien tenía el ceño fruncido, mientras que Scarlet y su madre seguían repartiendo sus mejores sonrisas.

— Queríamos darles la sorpresa, Blaise ha llegado hoy mismo con la noticia y no vimos motivo para suspender la velada.

— Mi familia y yo hemos venido a Londres para conocer el lugar en donde nos instalaremos luego de la boda —comentó lady Gauthier.

— Ha sido una fortuna que te permitieran venir hoy, aunque es una verdadera pena que ellos no hayan podido venir —comentó la madre de Blaise.

— ¿Ya podemos comer? —preguntó Hermione a quien claramente poco le importaban los modales, estaba molesta y lo haría notar.

Mientras tanto ella, comenzó a notar el panorama un poco borroso, de repente las voces ya no se escuchaban tan cercanas.

Todos hicieron silencio cuando se desplomó en el suelo.

La voz lejana de su madre empezó a escucharse con más claridad, se encontraba aun en el suelo, aturdida e intentando recordar que había pasado.

Y lo recordó.

¿En serio nadie había podido arrastrarla hasta un maldito sillón? Se encontraba en el piso mientras todos la observaban con preocupación en el rostro. La miraban con lastima, o eso sentía, tal vez era porque ella sentía pena de sí misma y ahora sentía que todos la miraban así.

Loca casualidad #1 ©Where stories live. Discover now