-No la llames señora, ella es todo menos eso -dije con desagrado.

-Es por respeto Aila -me explicó abatida -Ella es una amiga del señor Maxwell y yo debo comportarme con ella si no quiero terminar en la calle

-Ella no merece tu respeto, ni el de nadie -afirmé -¿O me vas negar que lo que le está haciendo a Samuell es algo cruel?

Lillie me miró unos segundos para después asentir lentamente con la cabeza en modo de afirmación.

-¿Hace cuánto que ellos mantienen ese tipo de "relación"?

Lillie dejó de hacer lo que hacía y me dedicó una mirada dubitativa, obviamente no estaba segura si contarme, si Maxwell se llegaba a enterar de que ella hablaba de estos temas conmigo la despediría inmediatamente, sin embargo, Lillie miró hacia ambos lados comprobando que no había nadie más que nosotras para después hablar.

-Unos cinco años, el señor Maxwell nunca fue un hombre que estuviera más de dos veces con la misma mujer, sin embargo, con Melissa duró cinco años, creo que es por la adrenalina de poder ser atrapados en cualquier momento

-¿Le excita saber que en cualquier momento los pueden atrapar? -Pregunté incrédula -¿No le preocupa saber que su mejor amigo terminará con el corazón roto?, ¿No le carcome la conciencia?

-Dudo mucho que el señor Maxwell tenga algo parecido a una conciencia

Yo asentí completamente de acuerdo con Lillie, obviamente Maxwell no tenía consciencia y al parecer tampoco un corazón, de pronto caí en la cuenta de algo muy importante, si Maxwell y Melissa eran amantes desde hace cinco años ¿desde cuándo Samuell y Melissa mantenían una relación amorosa?, decidí no quedarme con la duda y preguntarle a Lillie.

-¿Hace cuánto que Samuell y Melissa están en una relación?

-Hace cinco años y medio

-Eso significa que... ¡Maldito hijo de puta! ¿Cómo pudo hacerle eso a Samuell?, ¿Acaso no tiene respeto por sus amigos?

Maxwell era un desgraciado de lo peor, no hacía ni un año que su mejor amigo le presentó a su novia oficial y él ya la estaba metiendo en su cama, no podía creerlo, mi madre tenía razón, yo estaba mucho mejor sin alguien como Maxwell en mi vida.

Otro gemido se escuchó y esta vez decidí no quedarme quieta, me levanté bajo la atenta mirada de Lillie y me dirigí hacia la habitación de Maxwell, yo no podía permitir que esto siguiera pasando, él ya no vivía solo, ahora estaba yo también y tenía que respetarme, le gustara o no.

Al llegar a la puerta de su cuarto ni siquiera me molesté en tocar, entré a la habitación y me crucé de brazos mirando hacia la cama donde Maxwell y la mujer se encontraban sin ropa en pleno acto sexual, tosí falsamente y ni me inmuté cuando él se giró hacia mí dedicándome una mirada mortal, es más, sonreí con suficiencia para molestarlo más, por alguna razón me encantaba hacerlo.

La mujer se cubrió el cuerpo con la sabana mientras Maxwell se colocaba su bóxer, me permití apartar la mirada unos segundos para no ver más de lo necesario, por más tentada que estuviera a hacerlo sabía que no sería correcto.

-¿Qué demonios estás haciendo aquí?

-Estoy aquí para evitar que sigas convirtiendo la mansión en un prostíbulo

-¿A ti que te importa lo que yo haga en mi casa?

-Pues claro que me importa, ésta ya no es solo tú casa, ahora yo también vivo aquí y créeme cuando te digo que no me apetece andar escuchando gemir a tus zorras todas las noches

-A mí no me hablas así, yo no soy ninguna zorra, niñita igualada

Dijo la mujer mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia mí a paso decidido, aún con la sábana cubriendo su cuerpo, tenía el pelo rubio alborotado y el maquillaje corrido, ella podía decir lo que quisiera, pero su aspecto dejaba mucho que desear.

-Pues es lo que parece, pero yo no estoy aquí para hablar contigo, lo quiero que te largues de mí casa en este momento

-¿Tú quién te crees para echarme?

-Pues para mi desgracia, soy la hija de este señor -lo apunté con un dedo

-Aila sal de la habitación ahora mismo

Dijo Maxwell en tono autoritario, yo lo miré alzando una ceja, claro que no le iba a dar el gusto de intimidarme, me acerque un poco más a él quedando frente a frente, podía sentir su aliento en mis labios lo que me hizo estremecer, por otro lado vi como la mirada de Maxwell se posó en ellos durante una fracción de segundos para después volver a mirarme a los ojos nuevamente.

-Tú a mí no me das órdenes, en vez de querer controlarme todo el tiempo deberías correr a la mujercita ésta de tu cuarto, todos en esta mansión estamos hartos de escuchar todas las noches a cada mujer que pasa por tu cama, si quieres tener sexo vete a un hotel

-Empiezas hablar como tu madre, eres igual de desesperante que Leahnor

-No metas a mi madre en esto, lávate la boca antes de tan siquiera pronunciar su nombre, ella siempre fue mucha mujer para ti

Maxwell me tomó bruscamente del brazo haciendo que una mueca de dolor apareciera en mi rostro, me acercó un poco más a él y me miró on rabia.

-Escúchame muy bien, he estado aguantando todos tus caprichos de niña insolente, pero ya no más, como vuelas a faltarme el respeto de esa manera me vas a conocer ¿entendiste?

-¿Y qué me vas hacer?, ¿me vas a pegar? -dije desafiante.

-Por supuesto que no te voy a pegar, nunca le pegaría a una mujer, pero hay otras maneras de hacerte obedecer

Dicho esto me tiró con fuerza hacia la cama, haciendo que mi espalda impactara contra el suave colchón, Maxwell me miró un segundo antes de recoger la ropa de la mujer del suelo y entregársela para después correrla de la habitación, la cual cerró con seguro, se giraró hacia mí y me dedicó una mirada oscura, mientras una sonrisa seductora asomaba sus labios.

¡Mierda!

Pasión & PoderWhere stories live. Discover now