—Incluso creo lo vi llorar de camino a los vestidores—El jugador argentino se burló, pero no obtuvo respuesta de su compañero de equipo—¿Qué pasa Leo?

Memo se detuvo de nuevo al no escuchar respuesta del mejor jugador de Argentina, se colocó debajo de la regadera y de nuevo dejo fluir el agua que mojaba todo su cabello y cuerpo. El mayor se preguntaba: ¿Porqué Leo no estaba celebrando su gol burlándose de ellos como todos sus compañeros estaban haciendo? Esa respuesta ni el mismo Messi la tenía.

—No sucede nada, sólo estoy un poco cansado—Leo le sonrió a su amigo tratando de convencerlo que eso era lo único que le pasaba, aunque no fuera cierto.

—Claro, el mejor debe descansar—El jugador albiceleste tomó sus mochila y la puso en su hombro–Creo mejor me ducho en el hotel.

—Yo paso–Messi se levantó de la banca donde estaba sentado y comenzó a buscar entre sus cosas—Estoy muy sudado y solo quiero llegar a dormir.

—Está bien, solo esperamos por ti.

El jugador se marchó dejando "sólo" a Messi, el cuál seguía buscando sus cosas para ducharse tan concentradamente que no notó al portero que salía de una de las duchas.

Memo tomó una toalla y la enredó en su cintura antes de salir de la regadera, y caminó hasta las bancas donde se vestiría.

—Oh.

Leo lo miró sorprendido, pensando en que tanto escuchó de su conversación con su compañero de equipo.

Memo le dio una pequeña sonrisa como saludo y procedió a vestirse lo más rápido que podía, pues su equipo lo esperaba para ir al hotel.

—No creas que me burlo de vos o tu equipo, para nada—El argentino dijo después de un pequeño silencio.

—No hay bronca, mi país debe de estar diciendo peores cosas de mi.

Leo asintió lentamente sintiendo pena por el mexicano. Miró como Memo se cambiaba frente a él y no pudo evitar ver de más, como los cuadros en el abdomen del mayor y lo definido que se encontraba, o como subía y bajaba a causa de su respiración.

—¿Estás bien?

Memo movió una de sus manos en la cara del argentino, ahora el portero se encontraba vestido y estaba poniéndose sus míticos audífonos. Leo se preguntó ¿Cuanto tiempo había estado mirando al mayor de los dos? Y si el se había dado cuenta.

—Si, si.

Leo vaciló al responder, en su mente pasaban muchas cosas, nunca había estado tan embobado viendo a una persona y mucho menos a un hombre.

—¿Ok?—Memo no estaba convencido con su respuesta pero no tenía mucho tiempo para preguntar de más en temas que no eran de su asunto–Bueno, nos vemos hombre.

El argentino sólo se limitó a recibir las palmadas en su espalda que el mayor le dio para despedirse y escuchar como la puerta se cerraba.

Estuvo en la misma posición como por un minuto antes de apurarse para ducharse y poder volver al hotel junto a sus compañeros.

[...]

—Memo.

El portero estaba mirando por la ventana mientras escuchaba su canción favorita, estaba pensando en Leo y en cómo miró fijamente su abdomen, incluso se volvió a sonrojar como lo había hecho hace poco.

—¡Guillermo!

Un grito de parte de uno de sus compañeros de equipo lo sacó de su trance, volteó a ver al más joven mientras se sacaba los audífonos.

Secreto De Amor [Messichoa]Where stories live. Discover now