Capítulo 1: Sin Hogar

109 17 1
                                    

Quería llorar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Quería llorar.

Sentado en la banca a las once de la noche en un parque lejos de su casa mientras veía sus maletas, bolso y mochila intentar cargar todas sus pertenencias, vestido con las únicas prendas que alcanzó a ponerse (siendo estas, su pijama de camizón celeste y un short suelto blanco, tenis blancos y un gorro negro adornado de sus lentes circulares) no era lo que planeaba que sea el inicio de sus merecidas vacaciones, mucho menos, que la razón por la que no se encontraba en casa era porque fue echado de esta.

¡Abandonado, desterrado, humillado por su propio padre adicto a las apuestas, maldito ludopato!

Esa noche se encontraba feliz hace dos horas, preparando una increíble cena con los pocos recursos que contaba su refrigerador, cantando armoniosamente cualquier canción que llegara a su cabeza en aquél momento que hacía soba fría, quería refrescarse, celebrar que por fin tendría su mes de descanso, completamente libre, sin tareas, sin trabajos de por medio en las dos cafeterías que lo habían contratado ¡tiempo de caridad con su padre, donde tendría planeado ayudarlo con su adicción!

Claro, hasta que la puerta fue azotada por un grupo de tres hombres trajeados, bien peinados y vestidos, que hicieron temblar a su padre, quien sonrió a su único hijo para después hacerle caer la bomba de que debía abandonar la casa ya. En el tiempo que los hombres le dieron para dejar la casa pudo tomar ropa suficiente, algunos de sus productos de belleza, cuadernos, pinturas, lápices, libros, celular, laptop, algunos productos que había comprado de forma caprichosa, zapatos y tirar la soba caliente en el cuerpo de su padre como parte de su berrinche, gritarle la biblia de insultos que había guardado toda su vida, darle una cachetada, hacer reír a los hombres por la deplorable vista de su padre e irse con la vista en alto lagrimeando.

Ahora se arrepiente de no golpear también a esos hombres.

Frustrado talló su rostro, seguido de lanzar su gorra contra el suelo con fuerza, levantando enseguida sus lentes que estaban aferrados a esa prenda, chillando por su tontería.

¿Qué haría ahora? Se podría decir que oficialmente no tenía padre, no tenía familia, si el gobierno se entera sería llevado a un orfanato, porque legalmente no es adulto hasta que cumpla los 21 años, actualmente no tiene el dinero suficiente como para rentar la habitación de un hotel o motel, menos conseguir un room mate, todo era tan complicado que sentía que lloraría.

- ¡¿Por qué la vida es tan complicada?! - Gritó frustrado pisando con fuerza, estaba en camino de seguir su berrinche cruzando sus brazos hasta que fue interrumpido.

- ¡Ayuda, aléjate, shu, shu, no me comas! - Gritó una temerosa voz.

No esperaba escuchar los chillidos de un hombre cerca suyo pidiendo ayuda, al igual tampoco ver una escena tan absurda como la que tenía frente suya, un hombre adulto, arriba de un árbol gritando cada que un perro que estaba justo debajo suya ladraba emocionado queriendo jugar con él.

Ahora soy un Dios | yoonmin Where stories live. Discover now