Luzu al sentirse traicionado por Quackity decide postularse en las elecciones, perdiendo miserablemente al tener solo dos votos.
Vegetta que a pesar de haber amado incondicionalmente fue traicionado en pleno día de su boda, su amado había terminado...
-¿Qué mierda me estás diciendo Quacks?- el castaño lo miraba exaltado. -¿Como que el estúpido oso será tu primera dama cuando ganes?-
El menor se estaba arreglando mientras veía de reojo al mayor a través del espejo.
-Pues eso.- dijo sin más. -¿Qué te parece?- giró mientras posaba y sonreia.
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-Te ves precioso...- se sonrojo levemente, pero agito fuertemente su cabeza, debía evitar cualquier distracción. -¡Pero ese no es el punto!- el menor suspiro mientras volvía a darle la espalda. -Si él es tu primera dama... ¿Dónde quedo yo?- la voz del mayor comenzaba a quebrarse.
-No te entiendo Lusu.-
-¿Qué es lo que no entiendes?...-
-Aja... No entiendo dónde quieres estar, digo, finalmente... Tu y yo no somos más que amigos.- soltó fríamente mientras prendía un cigarro y comenzaba a fumar.
-¿C-Como que solo amigos?- el pobre castaño comenzó a llorar, le dolían las palabras de su "compañero".
-¡Pues claro!- volvió a mirarlo. -Llevo meses esperando que me pidas ser tu pareja, pero nunca lo llegaste a hacer.- suspiró pesadamente. -Ya no voy a esperar algo que jamás va a llegar.-
-¡No pensé que fuera necesario! Pensaba que era evidente, pense que lo que ambos sentimos por el otro era real...-
-Claro que era real, adoraba estar contigo, amaba los besos y caricias, pero... Ya no es suficiente para mi...- lo miro con cierta tristeza. -Ya me canse Lusu, me canse de quererte.-
El castaño abrió fuertemente sus ojos, mientras más lágrimas brotaban de ellos, se sentía mal, su corazón se estaba quebrando lentamente con cada palabra del menor.
-¿Entonces por eso aceptaste como primera dama a Rubius?... ¿Para poder experimentar con otro?-
-Si...- confesó culpable.
Hubo un silencio profundo, silencio en donde solo se escuchaban los sollozos del mayor y humeadas del menor, pronto el castaño decidió romper este silencio.
-Bien.- se limpió sus lágrimas y comenzó a guardar sus cosas, ya que este se había mudado a la casa del menor.
-¿A dónde carajo vas?, ¡Faltan horas para las elecciones! No vas a dejarme solo, ¿O si?-
Luzu no le contestó, solo siguió guardando sus cosas en silencio, se sentía usado.
-Oye, te estoy hablando.- toco su hombro, pero el otro se alejó rápidamente.
-Ya tienes todo el apoyo del estúpido oso, ¿no?, ¿Por qué no vas con él?- su voz sonaba muy fría y amenazadora, cosa que terminó espantando al menor y todo fue peor cuando observó que Luzu quemaba todas las pancartas y publicidad de las elecciones.
