Prólogo

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Aitana. 

24 de Julio del 2021.

Caminar con tacones no siempre fue mi especialidad, tampoco es que lo hago todos los días de la semana. De hecho, podría decir que siempre me mantengo con zapatos bajos y cómodos en lugar de usar cosas como estas que las mujeres llaman zapatos bonitos. Ni siquiera se como mamá pudo usar estas monstruosidades sin caerse o romperse el cuello porque sin duda yo no puedo hacerlo.

Llevo la cabeza en alto, me detengo en la esquina y doblo junto con los guardias de seguridad de mi padre. Esto me esta cansando demasiado, ser perseguida por estos hombres siempre que quiero hablar con él es demasiado para mí. Nos detenemos en su puerta, miro hacia algún lado y veo que no esta Natalie, su secretaria.

Eso es raro. Uno de los hombres que suele estar en la puerta de mi padre nos dice que mi padre no puede hablar conmigo, esta ocupado y que debería volver otro día pero no puedo hacerlo. No puedo porque estaré yéndome a otro lado del mundo cuando él se entere que he roto mi compromiso con Harrison. Cosa que me temo que mi padre no se llevara bien la noticia.

Otra cosa es que también me estoy yendo porque, como le dije a Harrison, quería reencontrarme conmigo misma. Quería saber que iba hacer de vida y una vida con él no sería posible. Mejor dicho, no me veía de esa manera con él.

El gran hombre calvo le habla al hombre que esta parado en la puerta de mi padre, este le sigue negando la entrada cosa que al hombre calvo, Pantera, como solía llamarle, le molesta. Él sabe que mi padre es un hombre ocupado pero también sabe que él debe enterarse por mí y no por los otros.

Pantera me cae bien al igual que Rosita Fresita y Canibal, lo sé cuando era muy pequeña me gustaba llamarle a estos hombres por nombres divertidos. Eso es vergonzoso incluso para alguien de veinte y tantos años pero en realidad era divertido.

Suelto un suspiro de exasperación. No conozco al hombre que esta en la puerta de mi padre, siempre lo he visto pero nunca en mi vida me he volteado para hablarle pero les puedo decir que es joven y es guapo, y eso es raro porque mi papá nunca contrata a alguien muy joven.

Miro al hombre que de pronto obtengo su atención, me mira con un ceño profundo pero sus ojos azules cielo me mira con suavidad. ¿De donde conozco al tipo? Parecía como si supiera quien era.

—Dile a mi padre que es urgente, necesito decirle yo misma lo que esta pasando — le dije al hombre que esta parado frente a mi.

Mis guardianes o los guardias de papá están en silencio mirando al sujeto para escuchar su respuesta. Eso no es lo que yo escucho. Un gemido ronco de un hombre es lo que llega a mis oídos.

—Abre la puerta —ordenó.

El hombre de enfrente me mira sin expresión. Pero puedo ver que le incomoda demasiado estar en esta situación.

—Señorita yo le recomiendo...

Alzo la mano para callar a Pantera. El hombre calvo esta nervioso y eso me pone nerviosa a mi. ¿Quién esta con mi papá? —Abra la puerta —vuelvo a ordenar firme al hombre de enfrente.

— ¿En serio desea ver lo que esta detrás de esta puerta?  —me pregunta el hombre, su voz es ronca y suave.

—Abra la puerta  —le ordeno. Esta vez él obedece pero no es él quien la abre sino Natalie.

La mujer delgada y alta y con un gran físico sale asustada del despacho de mi padre. Ella al mirarme palidece, empieza a balbucear pero no le entiendo nada. Se lo que estaba haciendo, lo se por su cabello negro lacio esta desordenado y sus labios tienen la pintura corrida.

¿Mi padre se estaba acostando con la secretaria? , ¿En serio? No lo podía creer.

La furia viaja por mis venas, alzo la mano y sin que me de cuenta de mis acciones le doy una bofetada a Natalie. Nunca la creí capaz de hacer algo tan bajo, nunca pensé que Natalie, la mujer que no le gustaba mucho las personas y siempre contestaba borde fuera hacer algo así. Estaba equivocada como siempre, como cada secretaria que pasa por esta oficina, mi padre era el peor de los hombres.

Se merecía que no me casara con Harrison.

—Hija no es lo que crees —busca una manera rápida de excusarse mi padre tratando de acercarse a mi.

No, claro que no.

—Natalie quedas despedida de esta empresa. —Le grita  mi padre, sorprendiéndome por despedirla.

¿Porque despediría su amante? No había razón si ella lo complacía pero como siempre, mi padre me sorprendía. No era de esperarme todo esto, no sé como mi madre le aguanto tantas cosas a él.

—Pero  —balbuceo Natalie, sus ojos oscuros empezando a brillar por las lágrimas.

—Tengo una amiga que está buscando a una secretaria, creo que podría ayudarte. —Y yo soy la peor de las hijas, definitivamente. Pero sabía que ella si necesitaba este trabajo, no sabía muy bien su problema pero sabía que ella no podía darse el lujo de quedarse sin trabajar.

Natalie me mira sorprendida, tampoco es que esperase que yo ayudará a encontrarse un trabajo pero no podía ni quería cargar con su mala racha de vida sólo porque mi padre la despidió, por que los cache. 

Giro sobre mis talones, se me olvidan de que tengo tacones en vez de zapatos bajos pero no me importa. Camino con rapidez para salir de las oficinas de mi padre, Jeremías, con mis guardias detrás de mi.

Pantera se pone enfrente de mi, su semblante es serio y por un momento me da terror pero me relajo. Pantera no me haría daño. Las puertas del elevador se abre, caminamos hacia afuera para poder sentir el aire del invierno en mi rostro. Se siente tan bien. Fresco y puro.

— ¿A donde la llevaremos señorita?  —me pregunta Azul, el otro hombre calvo y de traje.

Mis apodos eran de niños pero me gustaba.

-—Pantera sabe  —es lo único que dije mientras iba hacia la camioneta designada a mi transporte. 

Confiaba en Pantera, yo no quería que nadie de Dinamarca me encontrara, mucho menos mi padre o Harrison. Pantera sabe como aparecer y reaparecer a una persona así que sí mi guardia de seguridad sabía como hacer para mantenerme a salvo de mi padre lo haría. Mi madre se lo pidió antes de morir, es por eso que mi padre se toma tanta libertad de hacer de las suyas.

Subo al auto y dejo que Pantera le de las ordenes a los demás. Veo como Pantera se sube y espera a que los demás autos se vayan y desaparezcan de nuestras vistas para encender el auto y dar marcha.

— ¿Esta lista? —me pregunta, sus ojos oscuros brillan de emoción.

Miro por la ventana del coche para sorprenderme a mi misma con seguridad al asentir. Pantera sonríe y se limita a conducir, no dice nada y se lo agradezco. No podía creer que por fin sería libre de mi padre, de toda esta farsa desde que mamá murió, por fin podría decir que sería libre. 

Y eso era lo único que importaba. 




Hola, ¿como están? El otro día estaba viendo mis historias no publicadas y me sorprendí con esta historia que subí pero la quite porque sentía que no estaba al alcance. Ahora que la he editado y corregido algunas cosas, puedo decir que estoy lista para compartirles este pedazo de mi. 

Agradecería mucho los votos y algún comentario bonito, gracias. 

Booodarkness


Beau†iful RockWhere stories live. Discover now