— Ahora estás aquí, con una gran mansión propia y un trabajo que te gusta — sonrió

— Si, supongo que valió la pena todo lo que pasé para llegar hasta aquí —

— Y me alegro que lo hicieras, __________ —

Miré a Alexander, él sonreía y notaba que estaba acercándose cada vez más a mí, entonces me alejé poniéndome de pie y tomando mis cosas, no era buen momento para lo que haya querido hacer.

— Ya debería irme —

— Oh claro, si. Te acompaño a... —

— Alex — le llamaron

— Oficial Myers ¿Qué pasa? —

— Es Malcolm, otra vez tuvo una recaída — informó y Alexander se puso de pie de inmediato

— Ay no puede ser, yo... ¿te veo después? — me miró

— Ya sabes donde encontrarme — sonreí

Se fue sin decir más, tomé mi mochila lista para irme pero el oficial Myers seguía ahí observándome, me sentí incomoda en el momento.

— Señorita Portman, debe saber que el pueblo tiene mucha curiosidad de usted — dijo

— Si, pude darme cuenta de eso —

— Pero descuide, que yo me ocuparé de que no vayan a molestarla. Hay personas malas en este mundo y no quisiera que se topara con uno —

— Le agradezco, oficial pero puedo defenderme — dije caminando a la salida

El oficial me acompañó al auto, dejé mis cosas adentro y me quedé aún con el hombre a mis espaldas, me giré a verlo y notaba preocupación en su rostro.

— Sé que Alexander trata de ayudarla con despensa y es amable con usted, ____________... pero así como con el resto, le pido que no confíe en nadie —

— ¿Qué no confíe en Alexander? ¿Por qué? Si es un buen chico —

— Será mejor que regreses a casa, ahí estás más segura que aquí —

No respondió a lo que había preguntado de Alexander, eso hizo que me alertara, el oficial se fue dejándome atrás y dejándome con grandes dudas, pero recordé que tenía más dudas que resolver en la mansión.

Llevo solo unos días y ya todo se está descontrolando.

Subí al auto y tomé camino a casa, a pesar de los extraños sucesos que ocurría me sentí segura al llegar. Entrando sentí ese silencio abrumador que me abrazaba, no quería tener miedo sino más bien la curiosidad era lo que más tenía, dejé mi abrigo en el perchero y mi mochila en una mesa enseguida de lo anterior.

Lo primero que noté antes de empezar con mi investigación, fue que mi equipo ya no estaba en la sala de la entrada, recuerdo haberlo visto antes de irme al bajar las escaleras, ahora ya no estaba... lo que faltaba es que hayan entrado a robar mientras no estaba ¿Debía llamarle al oficial Myers?

No.

Tengo que enfrentar esto yo sola, es mi casa y yo la compré, no puedo permitir el que un idiota se meta las veces que quiera y robe incluso mis panqueques.

— ¡Sí hay alguien en esta casa, será mejor que se muestre ahora! —

Parecía loca en esos momentos, hablando a la nada pero era eso o seguir aguantando sus asechos mientras me encuentro distraída hasta que llegue a hacerme algo. Ruidos provenientes de la sala de estar, la cual estaba cerrada, llamó mi atención y me asomé por el pasillo donde se encontraba... la puerta estaba abierta.

I see you | Brahms Heelshire | ○Pausada○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora