Albert Wesker

1.1K 83 0
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Abrió la puerta de su gran departamento lujoso, la cerró con brusquedad mientras aventaba su saco negro a su sillón.

Vino un recuerdo a su mente.

Recordó aquella vez que justamente había venido igual, cansando y estresado, y tú estabas ahí, mientras lo abrazabas por detrás y le dirías que todo estaría bien, para después darle leves besos en su mejilla y hacerle un té.

Y él odiaba con todo su ser admitirlo, pero extrañaba eso, te extrañaba a ti y extrañaba sentirse querido de esa manera.

Todo estaba tan bien, pero como siempre el orgullo de Wesker le ganaba más, y creeias que ya habías soportado mucho.

—Si quieres irte, no te necesito, ni a ti y nada de ésto...que vergonzoso — murmuró enojado para después irse a su habitación

Tú le habías hecho una pequeña cena por su cumpleaños, y tal vez una rosa.
Wesker ese día había perdido una muestra de un experimento, y no midió lo que te había dicho hasta que escucho la puerta de su departamento cerrarse.

Él estaba sentado, hasta que escuchó el sonido, rápidamente se paró de la cama y se asomó por la puerta.

Aún venía la comida en la cocina, pero ya no te veia más por ahí.

Él pensaba que todo se arreglaría, las "parejas" siempre peleaban por cosas absurdas. Pasaba todo el tiempo.
Sacó su celular de su bolsillo de su pantalón gris, tenía la esperanza de que lo llamaras o algún mensaje pero nunca llegó.
Hasta que finalmente a media noche se dió cuenta (o al parecer ya quiso verlo) que esperar algo de ti, ésta vez, era algo horrible de su parte. Él tenía la culpa.

Pasaron los días, Wesker a veces llegaba incluso unas horas antes, con la ilusión de que estuvieses en su departamento, pero no.
Hasta que finalmente se dió cuenta de que ya no regresarías.

Ninguno se había molestado en llamar o mandar mensaje, y claro, tú no lo harías, ésta vez la razón la tenías tú.
Pero el gran Albert Wesker, una vez más, dejándole que su gran orgullo y ego le ganen.

Él se encontraba mirando por su gran ventanal del departamento mientras tomaba un vaso de vino.
No podía sacarte de su mente, era un gran martirio para él, quería que regresaras, te quería de vuelta. No se había dado cuenta de lo que tenía hasta que lo perdió.

Sacó su teléfono, vió tu número y no dudó en ningún segundo en llamarte.

Mientras tanto tú, estabas arreglándote porque saldrías con tus amigas.
Sí, admitias que los últimos días habían sido duros para ti, oír eso de wesker no fue nada agradable y saber que jamás te buscó, habias pensando otra cosa que jamás fue. Ambos se seguían queriendo pero no podían buscarse por orgullo.

—Ay, ya le dije a Lidia que ya iba para allá — murmuraste en reproche mientras dejabas de pintarte los labios

Dejaste el labial para después caminar hasta tu cama, ya que cargabas tu teléfono, hasta que miraste la pantalla, tu cara había cambiado drásticamente; habías esperado esa llamada desde su "pelea".

Nerviosa, moviste la pequeña bola verde, llevaste tu teléfono al oído.

—Bella...

—Wesker...— pausaste — ¿ocurre algo?

Estabas nerviosa, muy nerviosa y eso que no lo tenías enfrente.

—Sólo...quería saludarte...hace días que no vienes por acá y quería saber si estabas bien

—Bueno...supuse que ya no me querías ahí, así que tomé la decisión de ya no molestarte más — respondiste con cierto enojo

Sí, seguías molesta. Y mucho.

—Sabes que lo que dije en ese momento no fue verdad — comentó para después tomar de su vino

—¿Esperaste casi dos semanas en decirme?

—Soy un idiota, lo sé

—Sí, lo eres

Wesker sonrió de loslayo para después quitarse los lentes de sol

—Te...— pausó un momento — te extraño, Bella

Tú sonreiste

—Y yo a ti, cariño

Wesker se sentía de la mierda.
Aún no podía creer que a pesar de su actitud de frío y ser precisamente un mierda, pudo tener a alguien como tú.

—¿Quieres que vaya por ti?

—Está bien, te espero

—Ahora voy

Ambos colgaron, y justamente en el mismo momento, ambos sintieron un alivio que no habían tenido en días debido a su pequeña temporal pelea.

—Bueno, ahora le tendré que decir a Lidia que me reconcilié con el idiota — murmuraste para después reírte

Sí, le habías contado a tu amiga del comportamiento previo de tu novio wesker, y justamente ya lo habían empezado a llamar Idiota.

💮💮💮

Estaban acostados en tu sofá, Wesker estaba encima, recargado en tus pechos. Te daba risa porque parecía un bebé.

Una cobija los cubría a ambos, y a pesar de que veías una película, la ignorabas completamente porque sólo escuchabas el sonido relajante de wesker respirando muy lentamente y con calma.

—Hueles delicioso — murmuró casi adormilado — ¿puedo preguntar a dónde ibas?

—Iba a salir con Lidia de fiesta...pero ya hablé con ella — respondiste mientras acariciabas su cabellera rubia

Wesker alzó un poco la mirada.

—Bueno, ya que luces tan preciosa, deberíamos ir a cenar — pausó — siento que tenemos algo pendiente

Reíste un poco

—Aunque no creo que en ningún lugar preparen ravioles tan buenos como los tuyos

—¿Siempre si te comiste la cena que me habías desperdiciado aquella vez? — preguntaste algo sorprendida

Ahora la cara de wesker había cambiado a serio

—Me lo vas a reprochar toda mi existencia...¿verdad?

Dejaste de tocar su cabellera rubia para después dirigir tus manos hacia sus mejillas, y con una sonrisa, solamente asentiste.

Resident Evil |One Shots|Where stories live. Discover now