Capítulo 2: Estrategia errada.

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Qulan, Borde Medio...

─ Son demasiadas hojalatas furiosas, señor ─ gritó el capitan clon Calibrer mientras intentaba desesperadamente refugiarse detras de una trinchera de barro junto al resto de sus tropas.

─ Resista, capitan. Ya estamos llegando ─ le dijo Fawer a traves de su comunicador.

─ Creo...creo que ya no hay tiempo, señor.

En ese instante, un as de luz intensa iluminó todo el cielo. Cubriendose detrás de la trinchera, Calibrer escuchó el estruendoso ruido de una explosión de la cual salieron volando pedazos de droides y otras monstruosidades de los separatistas.

Al alzar la vista timidamente, el clon pudo ver a su general jedi luchando contra los droides restantes con su sable de luz verde en mano. Él había estrellado su propio caza estelar para destruir a las fuerzas enemigas.

Muy propio del general.

─ ¿Se me une, capitan? ─ preguntó sarcasticamente el quarren.

─ Jaja. Sabía que no tenía que dudar de usted, general ─ dijo Calibrer ─. Vamos, hombres, al ataque.

**********

Horas más tarde, en el campamento de la República...

''Más muertes, más victimas, más...más sufrimiento''. pensó Barriss al ver a todos los soldados malheridos dentro de la tienda de campaña improvisada, con los droides medicos y doctores atendiendo lo mejor que podían a sus pacientes.

Era una escena horrible para la padawan y no podía ayudar en nada por...por las ordenes, las ordenes de su maestra.

Bajó la mirada y se marchó rapidamente de ahí. No podía tolerar ver más esa espantosa escena. Además, tenía que reunirse con su maestra y el maestro Fawer y Jeron para hablar sobre la estrategia a seguir.

─ Hemos encontrado más resistencia de la esperada, general. Los sep han mandado muchos droides para proteger la capital y los campos del sur ─ explicó el comandante clon señalando a una de las imagenes holograficas ─. Esa es nuestra prioridad.

─ Si. Debemos asegurar la producción de bacta a cualquier costo ─ agregó Luminara ─. Debemos dividir nuestras fuerzas. 

─ ¿Dividir nuestras fuerzas? ─ se quejó Fawer.

─ Si. Tenemos que capturar el continente del sur para controlar el bacta. No podemos perder más tiempo ─ aclaró la jedi miriliana ─. Propongo que usted y yo, maestro Fawer tomemos el grueso de nuestras tropas para ocupar el sur mientras nuestros padawans se encargan de dirigir el esfuerzo contra la capital.

''¡¿Que!?'' gritó Barriss para sus adentros aunque no permitió que ningun movimiento del exterior pudiera reflejar su estado de animo.

─ Es un movimiento arriesgado, maestra Undulli ─ dijo Jeron ─. No creo que sea...

─ Tú conoces nuestras ordenes, padawan Seniar. Te sugiero que las revises a la hora de hablar sobre nuestra estrategia ─ interrumpió Luminara.

Jeron no siguió hablando aunque sí le dedicó una mirada de desaprobación a la miriliana.

Cuando la reunión concluyó, Fawer alcanzó a Luminara quien ya se estaba marchando.

─ Tomar la capital no va hacer un cometido facil. Quizas lo mejor sea esperar, Luminara ─ explicó Fawer.

─ Tiempo es un lujo del que no disponemos. Las ordenes del Consejo...

─ Conozco muy bien las ordenes del Consejo pero ellos no estan aquí luchando con nosotros ni conocen nuestra situación. No podemos realizar lo que ellos nos piden al pie de la letra.

Luminara se detuvo. Giró su cabeza y miró fijamente al quarren.

─ ¿Tienes miedo de que tu padawan no este a la altura? Creía que confiabas en él ─ exclamó.

─ A él le confiaría mi vida, maestra Undulli y sí...tengo miedo, pero el miedo es algo natural y aprendí a lidiar con ese sentimiento hace mucho tiempo.

─ Como todos nosotros, maestro Fawer.

─ No ─ replicó tajantemente ─. Tú aprendiste a contenerlo, a reprimirlo, a ocultarlo...

─ No veo la diferencia. y no entiendo adonde quiere llegar.

─ Mi punto es...que no es por mi padawan por la que tiene que estar preocupada.

Luminara alzó las cejas y la mirada, reconociendo muy bien a quien se refería.

─ Este no es su lugar, Luminara. Tú lo sabes y yo tambien. Ella es una gran guerrera pero no quiere eso ─ agregó Fawer.

Hubo una breve pero intensa pausa, rellenado por el sonido de las corrientes de viento que asolaban el campamento.

─ Confío en ella ─ afirmó Luminara ─. No me ha fallado antes. No me fallará ahora.

Luego de decir eso, la maestra jedi se dispuso a entrar a su carpa para descansar, dejando solo a Fawer quien al marcharse dijo en voz baja:

─ Espero que tengas razón.

**********

A las afueras del campamento...

Barriss se quedó mirando el horizonte, con el sol ocultandose entre las nubes. Más allá del reflejo del reflejo luminoso, la joven padawan observó a la distancia las campos destruidos, los bosques hechos cenizas y las familias locales obligadas a desplazarse. 

Una vez más, la misma sombra que había sentido en Coruscant, la había seguido hasta allí, como si fuera un virus en la Fuerza, una mancha que crecía más y más. De ella, Barriss sintió sobre su rostro una corriente fría, muy fría y se acercaba, paso a paso...

─ Sabía que estarías aquí ─ dijo la voz de Jeron a sus espaldas.

La sombra se alejó lentamente de la miriliana.

─ Supuse que querrías estar a solas ─ agregó el humano ─. Digo, con todo lo que está pasando...

─ ¿Algunas vez dudas? ─ preguntó Barriss tajantemente, sorprendiendo a su compañero.

Jeron se acercó hasta estar al lado de ella.

─ ¿Que?

─ ¿Nunca dudas de lo que estamos haciendo? ¿De lo que vamos a hacer?

─ Eh, bueno...Yo...yo siempre dudo, Barriss. Quiero decir, es normal. Nadie es perfecto...

─ Pero somos Jedi. Debemos ser perfectos. No podemos dudar, no podemos... ─ Barriss retuvo sus palabras, cerrando con fuerza sus dos puños ─. No podemos fracasar.

Jeron la miró confundido tratando de entenderla y tratar de entablar de mejor manera la conversación.

─ Mi maestro siempre me dice que el error es el primer paso hacia la verdadera sabiduria. Es decir, de nuestras victorias no aprendemos nada, solo reafirmamos lo que ya sabemos. En cambio, con nuestros fracasos, aprendemos, o eso espero...─ trató de explicar Jeron.

Sin embargo, cuando Jeron la miró, Barriss estaba con una mirada perdida, como si estuviera deambulando en una neblina y no pudiera distinguir con claridad donde pisaba.

─ Barriss ─ dijo el padawan con un tono preocupado ─. ¿Estás bien? ¿Quieres hablar sobre...?

─ No ─ contestó sin dudas la miriliana ─. Yo...yo agradezco mucho tu preocupación pero estoy bien, no es nada. Solo estoy un poco cansada...eso es todo.

Barriss hizo una reverencia y se marchó rapidamente de ahí, dejando a Jeron un poco preocupado y dudando de la verosimilitud de las palabras de su amiga. Pero, no iba a meterse en sus asuntos, no le correspondía. Confiaría en ella, como siempre había hecho.

─ Hormonas, ¿Quizas? ─ se dijo en voz baja antes de darse cuenta de lo que había dicho y avergonzandose ─. Oh, por la Fuerza, que estupideces estoy diciendo...

Star Wars: Sombras de los JediDonde viven las historias. Descúbrelo ahora