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—Así que te enamoraste de mí al verme bailar. —Adele se acercó a su esposo.
— ¿Cómo no hacerlo? Eres preciosa y verte sonreír mientras haces lo que te gusta, hace que te veas como una diosa.
Adele no pudo evitar sonrojarse por las palabras de su esposo. Felix parecía ser alguien tímido, pero cuando él quería podría ser todo lo contrario.
— ¿Qué haces? —preguntó al ver a su esposo caminar hacia el gramófono.
Adele abrió los ojos al escuchar la melodía, era la misma que bailaron cuando se conocieron.
—Felix...
El mencionado tomó la mano de su esposa y ambos empezaron a moverse al compás de la música.
Adele se sentía como una niña nuevamente. Miró a su esposo y se perdió en esos hermosos ojos grises.
—La recuerdas, ¿verdad?—Felix miraba a su esposa con unos ojos que desbordaban de amor.—Recuerdo que te tuviste que ir rápidamente, princesa de Ludwig.
Adele sonrió al recordar el apodo. Sentía como si hubiera sido ayer cuando dejó de ser la princesa de Ludwig y pasó a ser la duquesa de Robane.
—Estoy segura que esa princesa se fue con un corazón alocado luego de bailar con el caballero más guapo del imperio.
—¿Es así? Yo creo que esa princesa dejó al caballero totalmente enamorado que solamente podía pensar en ella.
—El caballero se quedó con el corazón de la princesa, tal como en los cuentos de hadas.
—Soy un caballero muy afortunado por tenerte como esposa.
Una vez que la canción terminó, sus rostros quedaron tan cerca que sus narices se rozaban. Felix no titubeó y besó a su esposa. Adele se dejó hacer, contenta de recibir mimos por parte de su esposo. Una vez que se separaron, Felix acarició la mejilla de su amada.
—Eres hermosa, nunca me alcanzarán las palabras para decirte cuanto te amo.
El duque acariciaba las mejillas de su esposa. Ambos miraron hacia la puerta al escuchar un ruido, allí estaban Darian y Emir.
—Mamá, Arshan está llorando. —habló Emir.
—Enseguida voy a verlo.
Adele se separó de su esposo y caminó hacia la puerta, antes de salir le acarició suavemente el cabello a sus hijos.
—Emir, ¿por qué no vas con mamá? Tal vez necesite ayuda.—le dijo Darian.
—Está bien.
Emir se retiró del salón y Darian miró a su padre. Felix tragó duramente al ver la mirada de su hijo, a veces daba miedo...
—Papá, ¿qué sucedió realmente? La princesa no está enferma.
Felix suspiró, su hijo era astuto y rápido para leer la situación.
