Manos, manos, necesita el piano.
Sin humanos, manos y manos.
En soledad tocábamos.
Nosotros nos escuchábamos
Y escuchaban los querubines
La canción que sonaba como un "te amo",
Escueta, directa y secreta,
Pero nosotros nunca,
Nunca nos amamos
Porque el amor no es evanescente,
Ni conoce de "amos",
Suele ser más transparente
Que el cristal por el cual contemplamos
El inicio y la caída de una noche de verano.
Y yo sabía que volverías
Como un sueño largamente columpiado.
Flotando entre flautas encantadas,
Las serpientes por una vez no sisearon.
Porque la música fue la noche
Y te volvió un astro,
Porque la noche se volvió canción
Y voló sin dejarme tu rastro.
Yo perdí y tú perdiste.
Perdimos ambos,
De noche esto nació,
Se envolvió entre sueños,
Sufrió sus altibajos,
Con un triste chasquido
Se consumió en el acto,
Y la noche fue insensible al tacto,
De noche murió el piano
Con un frío azul,
Sin manos de humanos.
Y yo aún me duermo
Escuchando cómo tocas el piano,
¿Cómo es posible si tú no estás?
¿Cómo, si no veo tus manos?
¡No, imposible!
¡Ambos morimos una noche de verano!
Pintura: Spirit, por George Roux
YOU ARE READING
Melodías nocturnas
PoetryPoemario oscuro y místico, segundo de mis poemarios publicados en Wattpad. En sus páginas hallarás historias de fantasía, hechas con rimas casi musicales para ser leídas en el silencio nocturno. Son poemas que versan sobre angustia, crueldades, idil...