Capitulo 9

315 25 0
                                    

Liam

Estaba llorando, pero sin emitir ni un solo ruido, solo lo sabia porqué estaba temblando y aferrando su mejilla a mi hombro. Emily estaba llorando por segunda vez o al menos la segunda vez que yo la había visto. Y iba a dejar de bailar, pero ella me suplico en un susurro que no, que siguiera moviéndome, así que solo obedecí.

—Ella amaba estos eventos.—empezó a decir con dificultad—Y siempre que caminábamos por las calles y pasábamos por fuera de una lujosa tienda ella se quedaba mirando los costosos vestido, que sabia que jamás llegaría a usar.—se detuvo para tragar saliva y para darse fuerzas para seguir y yo, yo solo le acaricie la espalda sin dejar de bailar—No lo entiendo, ¿por qué las personas buenas se van tan pronto, y las malas tienen mas tiempo para nunca cambiar?.—pregunto, pero yo no sabia la respuesta como tampoco sabia que decir, hacer y mentir, porque a veces hasta una mentira como respuesta ayuda, pero ni eso tenía para darle.

—No se que responder, Emily.—confesé, pero ella negó con la cabeza y se aparto de mi hombro, y luego quedamos cara a cara

—No hace falta decir nada, pero espero algún día tener la respuesta.—dijo quitándose las lágrimas de las mejillas para luego juntar sus manos con las mías y seguir bailando—Sabes, no eres tan malo.—dijo y después de mucho rato sonrió y yo también lo hice.

10.00p.m  

 

Nunca había comido tanto, pero Emily me había retado a hacerlo o de lo contrario me llamaría cobarde durante todo el resto del año

—Te faltan dos mas.—me recordó Emily sin dejar de reír. Mire a Ellen en busca de ayuda, pero ella solo se encogió de brazos, y una vez que supe que no la obtendría mire los dos pedazos de pastel que quedaban en la bandeja y supe que esta noche soñaría con los cinco Carrot cake que Emily me hizo comer—¡Lo lograste!.—exclamo la pelirroja sin dejar reír

—Si, pero para tú desgracia, no podrás llamarme cobarde.—le presumí, pero ella no borro la sonrisa del rostro

—No, pero si Carrot.—dijo riendo, arrugando la nariz y moviendo los hombros. Y Ellen empezó a reír también

—¡Oigan, eso no es justo!.—proteste, pero ellas ya estaban sin aire de tanto reír

—Ahora eres el rey del pastel de zanahorias.—dijo Ellen inclinando la cabeza como si estuviese haciendo una reverencia.
Mire a Emily de reojo y a pesar de que se estaba riendo de mi me alegro, porqué se estaba riendo o mas bien, llorando de risa y eso hizo que una sonrisa se formara en mis labios

—No te preocupes, ya encontraras un apodo para nosotras. No será tan gracioso como el tuyo, per lo hallaras.—dijo Emily una vez que pudo calmar la risa.

10:30p.m

 

Decidimos quedarnos en ese rincón por un buen rato en el que lo unico que hicimos fue observar a las personas del lugar y opinar de sus atuendos e imaginarnos con ellos si fuésemos adultos hasta que, la madre de Ellen nos corto la imaginación cuando vino a por su hija para irse a casa. Ellen protesto un rato, pero finalmente se puso de pie, se despidió con tristeza y se marcho.

La melodía de un ángel (en pausa) Where stories live. Discover now