Capitulo 1: Un Gris Comienzo

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Unos segundos después de salir por la puerta de su casa y bajar por las escaleras del complejo de apartamentos, Izuku sintió un frio viento, acompañado por una oscura noche que no dejaba mucho por ver, siluetas de edificios siendo lo más distinguible a primera vista, iluminadas en parte por una creciente luna, y por los brillantes postes de luz en distintas partes de cada oscura vereda.

Midoriya se encontró completamente solo, rodeado por un incómodo silencio que fue interrumpido de vez en cuando por los sonidos de perros ladrando y gatos maullando a la distancia, una desesperanzadora atmósfera para lo que aparentaba ser una noche pacífica.

El joven Midoriya continuó caminando sin rumbo, mirando de lado a lado para observar los distintos paisajes que el apreciaba por su inocente simpleza, lugares y vistas que él había frecuentado múltiples veces al vivir toda su vida en estas partes de la ciudad.

Variados recuerdos pasaron por la mente de Midoriya, algunos nostálgicos, algunos felices, y otros, no demasiado.

Distintas partes de su vida pasaron por su subconsciente mientras sentimientos de distintos sabores lo hicieron sentir de múltiples formas:

Feliz, melancólico, frustrado, decepcionado, triste, deprimido...

Vacío.

Todos estos presentándose sin algún orden específico, siendo el resultado de la incapacidad de Midoriya de pensar en algo más.

Cosas como su solitario día a día en la secundaria, las dulces palabras de su madre, las humillantes palabras de sus compañeros, la frustración de no tener el poder para hacer lo correcto, la ansiedad y emoción de obtener poderes algún día, el shock, angustia y negación de que sus sueños jamás se verían realizados...

Y al no tener más cosas en las que pensar, Midoriya dejó de sentir...

Una sensación pesada y melancólica acosó la mente de Izuku, las emociones que se vio forzado a esconder en algún momento de su vida afectaron sus sentidos como el más fuerte sedante, y a pesar de estar apenas atento a sus alrededores, Midoriya sintió una sensación de desconexión y soledad, de un momento para otro nublando y torciendo su visión como si lo que tuviera en frente de él no existiera en realidad, como si él pudiera dejar de existir en cualquier momento sin importarle a nadie.

Los pensamientos de una vida sin emoción o propósito por el resto de sus días lo llenaron de un tipo único de ansiedad, un punto bajo que solo se alcanza cuando no se tiene mucho por lo que vivir.

Y, aun así, Izuku siguió avanzando, sin interés alguno de detenerse y volver por donde vino, la helada brisa que congelaba su piel siendo su única guía.

Mientras más avanzaba, menos reconocibles se volvieron las calles por las que caminó, el ambiente frio y desolado que sentía al principio viéndose reemplazado por un fondo toxico y hostil, las calles y veredas estando repletas de desechos, algunos de estos saliendo de bolsas de basura rotas, iluminadas por postes de luz oxidados abrillantando las calles con un tono amarillento debido a su gran desgaste,

Izuku notó este cambio de escena, dándose cuenta de que no tenía la más mínima idea de dónde se encontraba.

Midoriya miró alrededor suyo, observando las distintas paredes de concreto repletas de grafitis en distintos establecimientos, llenos de ventanas rotas y barricadas, preguntándose a sí mismo cuanto había caminado exactamente como para llegar a una parte de la ciudad tan irreconocible para él.

Después de su observación, Midoriya miró su teléfono para saber la hora.

-3:46 AM-

A esa hora de la mañana aún faltaba tiempo para que saliera el sol, por lo cual el sombrío ambiente que empezó a llenar de miedo y escalofríos a Izuku seguiría presente por un largo periodo de tiempo.

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⏰ Última actualización: Dec 07, 2022 ⏰

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