Día 12: Nuestro lugar secreto

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—Inténtalo. Harry. Flojo. Potter.

Harry ignoró el regaño de Draco y se tiró al sofá, enfrente del rubio.

—Draco, Draco, Draco, Draco.

El rubio arrugó la nariz —Pídele a Dobby más tarta y déjame en paz.

Draco se puso más cómodo en su lugar para continuar leyendo lanzando una que otra mirada a Harry, el cual se levantó y comenzó a dar vueltas alrededor de la cabaña.

—¿Soy yo o hay más espacio que el año pasado?

Harry se sentó nuevamente, pero al lado de Draco.

—Dobby convenció al resto de los elfos para que ampliarán el lugar.

Harry sonrió al imaginar a Dobby dirigiendo a los elfos de la Mansión Malfoy y segundos después, sin poder evitarlo, bostezó.

—¿En serio, Potter?

—¡Estoy cansado! —se defendió y luego bostezó nuevamente.

—Duerme y déjame leer.

Harry aceptó satisfecho la orden y se acurrucó lo mejor que pudo.

18 de diciembre de 1995. Quinto año de Hogwarts. Vacaciones de navidad.

Dobby desapareció en cuestión de segundos y Draco se preparó mental y emocionalmente para seguir escuchando a Harry hablar de Ginny Weasley.

—Er, bueno, ¿crees que Ron se moleste si invito a Ginny a Hogsmeade?

Draco se encogió de hombros, fingiendo desinterés. Aunque la verdad era que escuchar el nombre de la hermana de Weasley y ver los ojos de Harry brillar al hablar de ella le dejaba una sensación amarga.

—Es tu amigo, no el mío.

—Es momento de aceptar que también es tu amigo.

—No. ¿Granger? Tal vez, pero Weasley no.

Harry se burló y miró fijamente a Draco, entrecerrando los ojos, luciendo confundido.

—¿Tengo algo en la cara?

—¿Eh?

—Me estabas mirando raro.

—Ah, no, no, nada —el chico se sonrojó y se rascó la cabeza nervioso.

Minutos después, Dobby apareció con algunos postres y se retiró cuando ambos chicos le agradecieron.

—Lo haré.

—¿Hm?

—Invitaré a Ginny a una cita, yo, si, eso haré terminando las vacaciones.

Draco suspiró y se regañó mentalmente por su estúpida sensibilidad, luego le sonrió a Harry de una manera que creía se vería sincera.

Más tarde, ese mismo día, Harry prometió visitarlo al día siguiente en su lugar secreto, en la cabaña a la que siempre escapaban para charlar o pasar el rato. Draco no pudo evitar sentirse un idiota cuando comenzó a enumerar en su cabeza todas las cualidades que Harry apreciaba de la chica Weasley.

12 de junio de 1996. Fin del curso de quinto año. Vacaciones de verano.

Lo que alguna vez fue una pequeña cabaña para el cumpleaños número seis de Draco se convirtió en un lugar más amplio cada día. Dobby argumentaba constantemente que su Amo merecía un buen lugar para relajarse cuando regresaba de Hogwarts.

Pero relajarse era algo que Draco no estaba haciendo porque Harry Potter había llegado a la cabaña y lo único que hizo fue caminar de un lado a otro. Cuando Harry llegó, Draco se mordió la lengua para no mencionar que Harry no le había hablado adecuadamente en días.

FLUFFYTOBER | Harry Potter fandomWhere stories live. Discover now