—¿Sabes a quiénes les gustaba utilizar el nombre del Señor Tenebroso, Weasley? —gruñó Greyback—. A los de la Orden del Fénix. ¿Te suena de algo?

— No.

Me tiro mas el cabello.

— ¿Y tu? 

— Eso suena como el nombre de un buen bar.— respondí haciéndome la tonta.

— Pues bien, como no le muestran el respeto debido al Señor Tenebroso, hemos prohibido pronunciar su nombre, y de esa forma hemos descubierto a algunos miembros de la Orden. Bien, ya veremos. ¡Atenlos con los otros dos prisioneros!

Por fin levante la mirada notando que en efecto habían dos prisioneros, uno era un chico moreno y esbelto y una forma humanoide tan baja tenia que ser un duende. Lo reconocí a pesar de que tenia la cara llena de moretones y uno que otro corte, era mi falso primer novio, mi amigo artista; Dean Thomas. Por su cara él sabia que éramos nosotros cuatro, aunque al parecer no estaba muy seguro sobre Harry, sin embargo estaba actuando bastante bien pretendiendo que no nos conocía. 

— ¿Alguien conserva su varita?

— No —respondimos todos a la vez.

— Ha sido culpa mía. He pronunciado el nombre. Lo siento...

— Eh, ¿eres Harry?

Harry que apenas podía ver entre los ojos hinchados, exclamó con sorpresa:

— ¡No me digas que eres Dean!

— ¡Hola, amigo! ¡Si descubren a quién han atrapado...! Son Carroñeros y sólo buscan a alumnos que han escapado del colegio para cobrar la recompensa.

— No está nada mal el botín, para una sola noche, ¿eh? —iba diciendo Greyback—. Un sangre sucia, un duende fugitivo y cuatro alumnitos de escuela. ¿Has buscado ya sus nombres en la lista, Scabior?

— Sí. Aquí no aparece ningún Vernon Dudley.

— Interesante —dijo el hombre lobo—. Muy interesante.

Y se agachó al lado de Harry, que aunque tenía los parpados hinchados, pronto se iría el hechizo punzante, es mas hasta se le estaba arreglando la nariz, era sutil pero estaba pasando, solo una persona que le habia comido la cara como yo varias veces, podría notarlo.

  ¿Ahora los podemos atacar?— Morgana preguntó impaciente a mi lado pero yo solo negué con la cabeza, era mejor irnos de aquí sin armar mucho lio.

— Así que no te buscan, ¿eh, Vernon? ¿O figuras en esa lista con otro nombre? ¿En qué casa de Hogwarts estabas?

— En Slytherin —contestó Harry sin vacilar.

— Qué curioso. Todos creen que eso es lo que queremos oír —se burló Scabior desde la oscuridad—. Pero nadie es capaz de decirnos dónde está la sala común.

— Se halla en las mazmorras y se entra por la pared —dijo Harry, con las veces que habia ido yo también la podía decir de memoria, o tal vez no, varias veces estuve muy borracha para recordar después como accedía y como salía—. Está llena de cráneos y cosas así, y como queda debajo del lago, la luz tiene un tono verdoso.

Hubo un súbito silencio y me sentí orgullosa de su rápido pensar.

— Vaya, vaya, parece que esta vez hemos capturado a un verdadero Slytherin —dijo Scabior al fin—. Bien hecho, Vernon, porque no hay muchos sangre sucia en esa casa. ¿Quién es tu padre?

— Trabaja en el ministerio —mintió Harry, al menos sabía mentir bien, añadió—. En el Departamento de Accidentes y Catástrofes en el Mundo de la Magia.

Laila Scamander Y Las Reliquias De La MuerteWhere stories live. Discover now