Derus continuó tranquilamente.

- He puesto dos correas a todos los asesinos de Sombra, incluido tú. La primera es el adoctrinamiento, y la segunda... -

- ¡Ugh! -

Un grito estalló de mí antes de que siquiera registrara el dolor extremo. Era como si mis pulmones y mi corazón fueran desgarrados.

- Gusano de Ira. El insecto colocado en tu cuerpo está arrancando tu corazón a mi orden. -

- Gusano de Ira... -

El Gusano de Ira era la peor magia negra, del tipo que podía incluso discernir las emociones de un esclavo.

Parecía que Derus había utilizado el Gusano de Ira para darse cuenta de mi plan de escapar de la Casa Robert.

- No es suficiente con poner una fachada de justicia, ¿incluso llegaste a alimentarme con el Gusano de Ira? ¡Bastardo asqueroso! -

- No es asqueroso. Se llama ser minucioso. Y realmente rompiste el adoctrinamiento. -

Derus sonrió, con la cálida mirada que mostraba en público en su rostro.

- Hay un dicho que dice que todo humano vive llevando una máscara. Sólo que mi máscara es un poco más gruesa y especial en comparación con otras. -

- Derus Robert... -

Apreté los dientes. Levanté mi cuerpo, sofocando el dolor que me partía el corazón.

No podía morir sin hacer algo.

Me secuestraron a una edad que ni siquiera recuerdo bien, y me criaron para convertirme en un perro de caza clandestino y asesino de la Casa Robert.

Había vivido, olvidando toda emoción y sentimiento, y sólo por casualidad conseguí liberarme del adoctrinamiento.

Había pensado que por fin podría vivir según mi propia voluntad, pero no fue la llave de mi prisión sino los grilletes de la muerte lo que me salió al encuentro.

Qué clase de pecado había cometido que me obligaba a vivir como un perro, no lo sé.

"¡Maldita sea!"

Un agua rojiza llenó el pozo seco de las emociones. Era una rabia que nunca había sentido.

- ¿Puedes aguantar en ese estado? -

La expresión de Derus vaciló un poco.

- No encontraré mi fin en la desgracia. -

Agarré la espada de mi cintura.

Mis sentidos, que habían detectado mi muerte, no habían cambiado desde que entré en el jardín.

"Moriré aquí."

Si estaba destinado a morir de todos modos, no caería sin luchar. Al menos, su brazo... No, al menos le haría una herida y moriría.

- ¡Aaaargh! -

Desenvainé mi espada, el aura concentrada explotó.

En ese momento...

La hoja que se extendía se partió por la mitad.

Clic.

Oí el sonido del collar que llevaba al cuello cayendo al suelo.

El mundo giró mientras los fríos ojos de Derus y la luna daban la vuelta.

"Ah..."

Fue entonces cuando lo supe. Mi cabeza había sido cortada por la espada de Derus.

Sin embargo, la espada del asesino no es todo lo que se ve a simple vista.

El asesino reencarnado es un genio de la espadaWhere stories live. Discover now