- Bien... Emma, ¿cuál es el logaritmo de 125 en base 5?...
- ¿Me... repites por qué hago esto?
Brooke suspiró y trató de guardar la calma. Finalmente con una sonrisa respondió:
- Porque Zack dijo que tenías un examen muy importante, y como está ocupado en intentar entrar al equipo de baloncesto, me pidió que te ayudara.
- Al principio me había dicho que vendría Violet...
- Sí, pero ella está en casa; en-fer-ma. Así que ahora... ¿Cuál es...?
- El logaritmo en base de 5 de 125 es 3 - le interrumpió ella mirando hacia abajo.
Ambas se encontraban en un banco cerca del parque donde jugaban los niños más pequeños.
- Wow..., me dejaste sin palabras - le dijo un poco sorprendida - Hoy en día ni siquiera puedo acordarme de esa cosa.
- Pues..., no lo sé. Es el único tema del cual recuerdo a la perfección. Es uno de esos que vi en sexto grado. No me va bien en matemáticas, no es mi fuerte. Y peor; recuerda que este año seguiremos viendo álgebra de manera definitiva.
- ¿Por qué lo dices? No todo es tan difícil.
- Brooke, tardé cinco años y medio en aprender a restar.
Ella, aún más embrollada, abrió la boca y dijo:
- Dime que es broma.
- No puedo, es la purísima verdad.
- Oh..., vaya.
Emma, quien estaba seria antes, sonrió un poco y le preguntó:
- ¿Por qué haces esto, estar conmigo?... No entiendo.
- Oye, solo me gusta ayudar. Quiero ser servicial - le contestó volviendo a su expresión inicial.
- ¿Por qué? ¿Solo es porque te gusta Zack? ¿Por eso me ayudas?
- ¿Qué? Por favor, ¿Él? No... ¿Cómo piensas eso? - interpeló mientras pasaba suavemente un mechón de su rojo y ondulado cabello atrás de su oreja. Emma por su lado, había borrado su sonrisa y puesto una cara seria.
- ¿A tí si te gusta?
- ¡No! ¡Es como tres años mayor que yo! - exclamó sorprendida.
- Uno.
- Eso, - dijo en corto - un año mayor que yo.
- ¿Quién es un año mayor que tú? - preguntó el chico del cual estaban hablando, quien las sorprendió llegando con un poco de sigilo. Como siempre, con una sonrisa en su rostro.
- Tú - respondió Brooke con un tono el cual se le notaban los nervios.
- Muy bien... ¿Me la prestas? - Siguió.
- ¿A esta pequeña?... Sí, claro. Puedes llevártela.
Él tomó a la menor de la mano y dijo finalmente:
- Bueno..., gracias - y se la llevó.
Los dos estuvieron caminando (cerca del lugar anterior) un largo rato, hasta que Emma se atrevió a inquirir:
- ¿Cómo te fue?
- Muy... bien. De hecho, pude entrar - le replicó con el gesto anterior.
- ¡Oh! - exclamó copiando su manifestación - ¡Eso es genial! - y lo abrazó. Él por supuesto, se lo respondió.
- Gracias - susurró.
- No hay de qué - le dijo en voz baja y sonriendo a la vez.
Ambos dejaron de abrazarse y se miraron a los ojos. Al hacer esto, él notó que algo le pasaba, ya que por su pálida piel se veía cualquier cambio. Y al parecer, tenía una cosa en la nariz; estaba roja.
YOU ARE READING
Nunca Vayas A Otro Mundo (I)
Science Fiction"Las pesadillas no somos del todo irreales, recuerda que incluso podemos observarte"... Conoce a Zack; un chico tranquilo pero curioso. Sus compañeros y él están inocentemente metidos en un error un poco grande, y gracias a esto empiezan a ocurrir...