Corazón de Luna

Hasta los huesos

Por mas bullicio que había, el silencio se  apoderó de esas dos almas,

ensordecidas e inundadas por fulminantes latidos que abarcaban toda la distancia entre ellos dos.

Lilibeth sintió algo que jamás pensó llegar a sentir, aunque ya había habido otros sentimientos parecidos, ninguno se asemejaba a ese, que estremecía su piel.

La sonrisas cómplices no se hicieron esperar, y esa distancia en metros que los separaba, de un momento a otro, los ponía frente a frente.

-Hola.

Fue la palabra que salió de la boca de ese ser de ensueños.

Lilibeth, embobecida respondió.

-Hola, mi nombre es Lilibeth, un gusto.

Y se paro de puntas de pies a darle un beso en la mejilla.

El la tomó dulcemente por la cintura y recibió el saludo, presentándose.

-Soy Gerard, un placer.

Y esa presentación, selló sus caminos.

Comenzaría allí una historia que jamás terminaría.