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Chuuya se queda solo un rato después.

Se levanta de la cama y se mira en el espejo sucio de la habitación.

Chuuya no tiene ropa de su talla, entonces tiene puesta una de las pijamas de Kouyou, le queda larga, pero es mejor a no tener nada.

Tiene un vendaje en su brazo derecho y otro en su cuello.

Se mira, es extraño volver a ser humano ¿Su cuerpo siempre fue de ese modo?

Sus piernas se sienten más fuertes ahora, no cree poder correr, pero ahora sus piernas no tiemblan tanto.

Sale de la habitación y en su camino toma la espada de uno de los soldados muertos en los pasillos. Llega rápidamente a la habitación de Kouyou y se sienta delante la puerta con la espada a su lado.

Ya no es un dragón, pero aún debe proteger a su hermana, tal vez estas personas no son malas, pero pueden llegar nuevas que sí lo sean.

Extrañamente, puede ver igual de bien que antes en la oscuridad, también notó que sus colmillos son más grandes que los de otras personas.

Se dio cuenta de ello al mirarse al espejo cuando les sonrío a sus visitantes ¿Y si ellos piensan que es un monstruo? Lo es, pero es desolador que lo crean.

Sus uñas también son largas y puntiagudas, no está seguro si es por el tiempo o si aún es un monstruo

Se queda ahí durante horas, simplemente sentado y observando un punto fijo mientras espera.

Cuando amanece, Kouyou sale de la habitación y ve a Chuuya ahí sentado.

—¿Qué pasó?— Le pregunta.

—Nada, ¿Cómo dormiste?—

Kouyou se sienta a su lado.

—Honestamente, no lo hice ¿Y tú?—

—Bien, gracias por preocuparte — Responde, es una mentira, no cree que ella esté feliz con saber que no durmió.

—¿Y qué haces aquí afuera?—

—Me sentía solo— Responde.

—Entonces hubieras entrado—

—No sabía que no estabas dormida, no quería molestarte—

Kouyou le sonríe.

—Jamás podrías molestarme—

Chuuya apoya la cabeza contra el hombro de Kouyou.

—Te extrañé —

—Y yo a ti— Kouyou apoya su cabeza sobre la de Chuuya —Mi ropa te queda muy linda—

Chuuya se avergüenza un poco.

—¿Eso crees?—

—Si, me recuerda a cuando tenías 8 y te ponías mis vestidos y zapatos porque querías ser como yo—

Chuuya se avergüenza un poco más por ello.

—Eso ya fue hace mucho tiempo —

Se quedan en silencio un rato, simplemente en paz.

—Chuuya, lamento haberte sido una molestia por tantos años, debió haber sido duro para ti —

Chuuya se aleja para mirarla y luego sonríe, se asegura de no mostrar sus dientes.

El dragón custodio Where stories live. Discover now