My Little Princess [Dramione]

Capítulo 13

— ¡Hermione! — escuchó que una voz femenina exclamó su nombre. Volteó a ver a la persona y se percató de que había llegado a su tienda de libros favorita: "Los tres osos".

La voz le pertenecía a la dueña del lugar, quien se encontraba regando las plantas que adornaban el exterior de la tienda. Le dedicó una débil sonrisa y antes de que la dueña de la tienda le dijera algo, retomó su andar. Segundos después, Draco Malfoy apareció y aún seguía a la joven princesa.

La dueña los miró con extrañeza y suspiró — estos dos niños... ¿qué sucede con ellos?

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La noche se había hecho presente, y la castaña seguía caminando sin algún rumbo el específico. Draco seguía en su labor de seguirla a una distancia prudente para no ser descubierto por ella.

Hermione se detuvo en la orilla de la calle junto con otras personas que estaban esperando a que el semáforo marcara verde para que pudiesen cruzar. Ella estaba tan distraída que no se dio cuenta que su bolsa estaba abierta, y sobre todo, que había un hombre detrás de ella que estiró su brazo para robarle. El rubio se apresuró a alcanzarla y tomó el brazo del hombre con mucha fuerza.

— Aléjate de ella — dijo entredientes.

El hombre se puso nervioso y salió corriendo en dirección contraria.

El semáforo marcó el color verde y Hermione Granger comenzó a avanzar a paso lento junto con las demás personas. Draco se quedó estático en su lugar mientras la observaba con preocupación.

La chica tomó asiento en el borde de una gran fuente que se encontraba en el amplio jardín en la ciudad. Se seguía sintiendo demasiado triste. Con su mano izquierda se dio una sutil caricia en el brazo contrario en búsqueda de reconfortarse ella misma, y en su mente apareció el momento exacto en el cual el caballero oso la había protegido en la lluvia después de su incidente con Cedric Diggory y Cho Chang.

— "Si el caballero oso estuviera a mi lado, cuán maravilloso sería" — siguió dándose suaves caricias en el brazo y agachó la mirada — sigue soñando, Hermione Granger. En este mundo, ¿cómo aparecería un caballero cada que estés triste? — el joven ojigris llegó al sitio y la observó a la distancia, aprovechando que la chica le estaba dando la espalda — aun si sólo es un oso...

Se escuchó el sonido de los fuegos artificiales. Ambos voltearon al mismo tiempo hacia el cielo y contemplaron el hermoso espectáculo de luces en su mayoría rosadas.

La chica sonrió — qué bonito — dijo en voz alta — esta es la cosa más hermosa que ha sucedido hoy — Draco dejó de ver las luces al escuchar ese comentario, y sintió alivio al escuchar las palabras de ella — Hermione Granger ¡carga tu energía! — agarró su sedoso cabello y lo hizo hacia atrás, acción que ocasionó que el rubio la observara con un gesto de admiración.

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A la mañana siguiente, Hermione se encontraba mirándose al espejo. Sentía mucha pesadez, pero se forzó a sí misma a levantarse de la cama para arreglarse ya que tenía que asistir al colegio.

Se colocó una mascarilla color rosa durante un rato para hidratar su tersa piel, cepilló sus dientes, se maquilló de una manera sutil que resaltara sus bellos rasgos físicos, se vistió y finalmente se peinó.

Su celular comenzó a sonar y ella de inmediato respondió — ¿Hola?

— Hola, princesita Hermione — era la voz de su amigo, Harry Potter — Hay algo que debes prometerme.

Ella frunció el entrecejo — Dime al respecto.

— La próxima semana, para celebrar la graduación de los superiores, la escuela realizará una celebración y todos deben bailar. Por favor, sé mi pareja de baile.

— ¿Ah?

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— ¿Por qué me lo pides? ¿tu pareja de baile no es Pansy Parkinson?

Ambos se encontraban caminando en los alrededores del colegio.

— No estoy molesto con ella. Hemos terminado — colocó su mano encima del hombro de la chica durante un par de segundos — ¡Por favor, promételo!

Ella hizo un gesto despreocupado — no. He determinado que mi pareja de baile sea Cedric Diggory.

— ¿Cedric Diggory? ¿crees que él aceptará? — preguntó. Se detuvo y se cruzó de brazos. La castaña imitó el gesto de su amigo y lo miró de frente.

— No le corresponde aceptar.

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— Hermione, he estado en la escuela por mucho tiempo — comentó el pelinegro mientras observaba el lugar con asombro. Estaban dentro de un amplio vestidor repleto de casilleros — ¿Cómo es que no sabía sobre este vestidor?

Ella sonrió — por supuesto, este es mi vestidor personal.

— Realmente recibes trato especial.

— Por supuesto — dejó su bolso encima de una amplia banca color naranja que había ahí— ¿no sabes que la renovación de la escuela fue financiada por mi familia? — abrió su casillero y de un estante sacó su cámara profesional. Sonrió perversamente.

— Esa mirada aterradora en tu cara... ¿qué estás pensando? — la miró el ojiverde con mucha intriga.

— No es de tu incumbencia — comenzó a caminar y se detuvo en la ventana. Su amigo la siguió.

— ¿Qué haces? — ella no respondió, seguía con su sonrisa perversa — creo que la ubicación de este vestidor es un poco intrigante — ella suspiró — ¿no está el vestidor de los hombres en frente de aquí? — tocó la cámara con sumo cuidado — ¿nos espías con esto?

En respuesta, la chica de ojos chocolate le dio un manazo — ¡no! Solo compruebo ver qué lleva el príncipe Diggory para poder hacer combinación.

— ¡Vaya! — exclamó Harry y comenzó a aplaudir — realmente pones mucho esfuerzo — él intentó agarrar la cámara pero ella lo detuvo.

— De acuerdo, me estás bloqueando. Apresúrate y vete — lo tomó del brazo y lo encaminó hacia la salida — vete.

— ¡Rápido Hermione! — y abandonó el vestidor.

Hermione comenzó a espiar con su cámara y apreció que varios chicos se encontraban en el vestidor sin usar camisa y que algunos se estaban arreglando.

— ¿Hmh? — dejó de observar — Cedric Diggory no parece estar aquí hoy — sonrió ladinamente — Pero eso está bien. Esos cuerpos son tan agradables...

Siguió espiando, cuando en eso, apareció Draco Malfoy en su campo de visión. El ojigris estaba comenzando a abotonarse su camisa blanca.

El rubio sintió un impulso dentro de su interior que le decía que tenía que voltear hacia la ventana. Y al hacerlo, frunció el entrecejo al verificar que él y sus compañeros estaban siendo espiados mientras se vestían.

Tanto él y Hermione abrieron ampliamente los ojos del asombro. Draco se alejó de ahí y la castaña retiró su cámara.

— ¿Descubrió que lo espío? — comenzó a sentirse nerviosa — Tengo que irme rápido — y se dio la vuelta hacia los vestidores.

Tres minutos después, se escuchó la voz del ojigris afuera de los vestidores en donde se encontraba la castaña.

— Hermione Granger. ¿Qué estás tramando? — entró y ella salió con su pantalón negro puesto y con una camisa blanca sin abotonar. Ambos gritaron y ella de inmediato se ocultó en el baño mientras se tapaba el pecho.

— ¡Pervertido! — gritó.

— ¡No lo hice intencional! — habló con rapidez mientras se cubría los ojos con su mano derecha — ¡lo siento! — dejó de cubrirse un ojo y ella se apresuró a aventarle toallas blancas mientras seguía cubriéndose con una mano.

— ¡Vete! ¡Pervertido! — le decía mientras se las aventaba — ¡Pervertido! ¡vete ahora! — y el chico salió corriendo de ahí.

Hermione se asomó, se cubrió con ambos brazos y se sintió aliviada ya que su plan había resultado con éxito.