Principios De Verano

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— No hagas ruido —

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No hagas ruido —.

Jimin miró a su pareja, que seguía apretando su brazo tratando de detener el sangrado. La herida era profunda, más de lo que le gustaría, incluso sin siquiera haberla visto bien podía asegurar que lograría llegar a ver el hueso sin mayor problema.

— No tenía planeado hacerlo — dijo entre gemidos y jadeos Jungkook.

Pero a pesar de sus palabras, estaba aguantando las ganas de gritar. Desde muy joven era susceptible al dolor, y en un mundo donde no había más que eso, era una clara desventaja. Jimin lo sabía, y no podía evitar maldecir a aquellos cazadores que los habían emboscado, pero a pesar de ello no se arrepentía de la satisfacción que le dio matar a cada uno de aquellos mal nacidos, ni de haberles volado la cabeza con el rifle de su pareja y pisotear lo que quedó de sus entrañas al escapar.

Lamentablemente no pasó mucho tiempo para que tuvieran que esconderse en un viejo edificio, porque si había un pequeño grupo, estaba claro que tenían una comunidad entera por detrás. Nadie estaba sólo. Hace unos años tal vez convenía estarlo, cuando el brote empezó, pero ahora esa era tu sentencia de muerte y locura.

De pronto se escuchó como la misma puerta por la que habían entrado se abría con una fuerte patada, seguido con algunos pasos, un grupo de 5 estaban seguros.

— Quedate aquí, iré a- — comenzó a decir Jimin mientras trataba de levantarse, pero pronto una mano lo sostuvo de la muñeca y le impidió seguir.

— No — dijo entre un jadeo — S-solo no te vayas por favor —.

Haciendo caso a sus palabras, el castaño se quedó allí. Ambos se quedaron escondidos mientras escuchaban como los cazadores revisaban todo el lugar en su búsqueda, moviendo varias sillas, mesas, moviendo escritorios, haciendo ruido, y como consecuencia pronto se empezaron a escuchar los gemidos de dolor y aquellos delicados pero terroríficos cliks.

— Hay más de esas mierdas aquí — maldijo uno de los hombres mientras se escuchaba como recargaba su arma.

— Vámonos, si Jeon y su perra siguen aquí, ellos harán el trabajo por nosotros — la única mujer del grupo les dio indicaciones a los hombres para que salieran y se asegurarán de bloquear la puerta, no sin antes tirar unas cuantas sillas más, delatando la ubicación del pasillo.

— ¿Esa era? —.

— Carol — interrumpió Jungkook con desprecio casi escupiendo las palabras.

Jimin soltó una risa sin gracia — Esa mujer no se rinde contigo — le dio un pequeño codazo al pelinegro.

Cuando estuvo a punto de responder escucharon esa gran cantidad de pasos dirigirse hacia donde estaban.
Ambos se quedaron petrificados en el pequeño armario en el que habían logrado entrar, no se atrevían a tan siquiera respirar sabiendo que muy posiblemente si los encontraban sería una muerte segura, no tenían a dónde correr, ni siquiera espacio para poder defenderse, y con Jungkook gravemente lastimado del brazo era imposible pelear cuerpo a cuerpo.

𝙊𝙪𝙧 𝙇𝙖𝙨𝙩 𝙏𝙧𝙞𝙥⇢kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora