DONCEL

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 4

Anastasia se encontró completamente confundida.

Los acontecimientos con Claude eran un laberinto de desconcertantes emociones que no podía procesar adecuadamente.

La perspectiva de escapar de Claude y Jannette había sido su único objetivo en todo este tiempo, pero ese plan se había visto frustrado hace tan solo unas pocas horas. 

No hacía mucho tiempo que el caballero pelirrojo la había traído de regreso al palacio de Ruby, donde Lily irradiaba ira, aparentemente lista para tomar el asunto en sus propias manos y matar a quien se le atravesara en frente.

En medio de innumerables preguntas, la atmósfera sofocante impidió cualquier intento de buscar respuestas.  Después de que sus hermanas terminaron de bañarla y arreglarla, Anastasia reunió el último gramo de coraje que tenía y expresó la única pregunta candente en su mente.

-L-Lily, ¿podrías por favor explicarme lo que está sucediendo?-  Preguntó Anastasia, intentando una fachada de calma e inocencia, aunque un rastro de nerviosismo persistía en su voz.

-Mi princesa-  Lilian se giró para mirarla y exhaló un suspiro, - Se lo aclararé todo, pero necesito que preste mucha atención, ¿de acuerdo?

Anastasia asintió estando de acuerdo de buena gana, desesperada por respuestas.

-Mi princesa, sabes la identidad del hombre con el que se encontró antes, ¿no?

-¿El es mi padre? ¿No es así Lily?- Anastasia preguntó, con una expresión de inocencia.

-Sí, mi princesa, ese hombre es Su Majestad Claude de Alger Obelia, el Emperador de Obelia y su Padre

-Lily, ¿quiénes eran las chicas con papá?- Anastasia preguntó, con evidente curiosidad.  -Se parecen mucho a mi, a demás, llaman a mi papá 'Padre' ¿Y por qué nuestros ojos coinciden?

Lilian, desconcertada por la revelación de su princesa se quedó de piedra.

Jamás consideró la posibilidad de que su princesa pudiera encontrarse con aquellas chicas malditas de la magia negra, abominaciones nacidas del pecado de dos personas del mismo sexo. 

Un miedo inquietante se apoderó de ella cuando finalmente reunió el coraje para hablar.

-Mi princesa, ¿conversaste con ellos?-  Lilian preguntó, su voz teñida de miedo.

-Sólo un poco, Lily. ¿Quiénes eran? ¿Y por qué llamaban 'papá' a mi padre?

Lilian sintió el peso del momento;  Había llegado el momento de revelar "todo". 

Sin embargo, la mera mención de aquellas abominaciones que decían ser hijos del emperador la llenaban de resentimiento.  Su existencia había llevado al rechazo de su princesa por parte de otros.

Si "él" y esos niños no hubieran existido, todo sería perfecto.  Su princesa podría haberse convertido en la heredera legítima que merecía ser, y Lady Diana habría sido la emperatriz que siempre mereció ser.