Día 04: Besos en la lluvia

Começar do início
                                    

-Está bien, Draco -Harry presionó un beso en la mejilla de su novia y la tomó de la mano-. Ahora vamos a nuestra cita improvisada.

Los ojos de Draco brillaron ante la propuesta, pero después un gesto cansado invadió sus bonitos rasgos.

-¿Podrías pedirle a algún amigo elfo tuyo que lleve las bolsas a mi habitación?

Harry asintió con la cabeza y llamó a Kreacher, quien por orden de Harry había comenzado a trabajar en Hogwarts en vez de pasar sus días solos en Grimmauld Place. Antes de que Kreacher desapareciera con las bolsas de compras, Harry le guiñó un ojo en complicidad.

Cuando llegaron a una parte tranquila del campo de Quidditch, había una pequeña mesa llena de postres y un par de sillones puff. Draco no esperó demasiado antes de servirse una rebanada de pastel, mirando encantada el resto de los postres y decidiendo tomar asiento.

-¿Debería agradecerle a Kreacher?

-Hermione diría que sí, pero no creo poder aguantar otra vez a Kreacher alabándote por más de dos horas.

Harry se sirvió un poco de tarta de melaza, deleitándose más por el sonido de la risa de Draco que por su postre favorito de todos los tiempos.

La calma los inundó conforme pasaban los minutos hablando de todo lo que pudieran. Claro, pasaban el tiempo juntos desde casi inicios del octavo año cuando decidieron hacer las paces... pero desde hace casi cuatro meses atrás, cuando inició su relación, los momentos juntos se vieron disminuidos ante la falta de control al tener que nivelar su contacto físico. Y no solo, sino que Hermione les lanzaba miradas divertidas, Pansy bromeaba demasiado y Ron tenía esa cara de desesperación que indicaba cuánto necesitaba que siguieran adelante.

-Cada vez falta menos para salir de aquí.

Draco tarareó en acuerdo.

-Quisiera hablar sobre nosotros.

Harry usó un tono tan serio que Draco hizo a un lado su plato, como si el apetito se le hubiera ido de repente.

-No luzcas así, hermosa -Harry tomó la mano de Draco, acariciándola y después dándole un beso-. No es nada malo.

Draco exhaló aliviada -Adelante, entonces.

-Quiero hacer pública nuestra relación. Sé que consideras que es mala idea, pero...

-Sí.

-Te quiero en mi vida y no lo ocultaré solo por algunos idiotas que creen tener derecho a...

-Harry -sacudió al chico con diversión- he dicho que sí.

-¿Si?

-Sí.

-Oh, creí que no aceptarías y no Ohquería pelear como la otra vez.

Draco tardó en contestar, se había levantado para fijar su mirada en los distintos tipos de chocolate que había en la mesa. Después de unos cuantos segundos, se decidió por algunos que reconoció por la etiqueta y volvió a tomar asiento, pero en el regazo de Harry.

-No todo fue una pelea. Al final entendí tus razones y aceptaste no hacer algo sin consultarlo o solo intervenir si es muy necesario.

El chico asintió, enterrando la cabeza en el cuello de Draco e inhaló fascinado el aroma característico de su novia. Luego se alejó para mirarla.

-Lo sé, lo sé. No eres una damisela en apuros que necesita ser salvada -Harry rio al mismo tiempo que Draco ante lo dicho-, pero sabes como soy, quiero ayudarte lo más que pueda. Más que eso, quiero que estés bien y te sientas segura con lo nuestro.

-Lo agradezco, en verdad.

-Mal ahí -dijo burlón, haciendo que Draco frunciera el ceño-. ¿Dónde está mi chica Slytherin?

Comprendiendo, Draco continuó con la burla -Ah, claro. Tengo al Elegido a mis pies y dispuesto a mandar a la enfermería a cualquier idiota que se meta conmigo. Aunque sabes, creo que debería aprovecharme un poco más.

-No me negaría a eso.

-Hm, se me ocurren algunas cosas que podrías hacer por mi.

-Dime que es y sabes que lo haré.

Draco sintió sus mejillas enrojecer ante la insinuación, pero respiró con calma y se removió un poco sobre el regazo de su novio. Cuando fue el turno de Harry de sonrojarse y ponerse tenso, sonrió triunfadora.

Harry colocó una mano en la rodilla de Draco, con lentitud fue avanzando hasta que se detuvo y Draco gimió inconforme.

-¿Puedo besarte?

Draco no respondió verbal ni gestualmente. Simplemente se acercó a Harry y conectó sus labios. Con los minutos, el beso fue subiendo de tono mientras los dedos de Harry comenzaron a acariciar a Draco sobre la tela de sus bragas. Draco gimió, pidiendo más hasta que...

-¡Carajo!

La lluvia se desató repentinamente, haciendo que Draco se levantara de su cómodo asiento a la par que Harry limpiaba sus lentes.

Con rapidez, Draco lanzó un hechizo protector sobre las cosas sabiendo que después Kreacher podría recoger todo en cuestión de segundos. Cuando Harry terminó de batallar con sus anteojos, Draco ya había conjurado un paraguas mágico.

Con algo de pesar, ambos corrieron y compartieron una que otra risa ante lo tonto de la situación. Ya casi por llegar, Harry se detuvo y Draco con él.

-¿Cansado, Potter?

Harry negó con la cabeza, tomando el paraguas de la mano de Draco.

-Pero...

-Solo a mi se me ocurre una cita en el campo de Quidditch.

Draco fingió ocultar su diversión, fallando en el intento -Fue agradable, respetaste que a veces no puedo estar en la Sala de Menesteres.

-Me matarás por esto, pero eres amante del romance, aunque lo niegues. No será tan lindo, creo, pero podrías tacharlo de la lista de cosas que nos falta hacer.

Sin darle tiempo a Draco de pensar en una respuesta, Harry bajó el paraguas, dejando que la lluvia cayera sobre ellos. Afortunadamente, la lluvia se había calmado un poco en comparación a minutos antes.

-¡Harry!

El cabello impecablemente hermoso de Draco se desordenó por la lluvia, Harry la miró fascinado sin importarle que la lluvia le diera el mismo trato a su ya desordenado cabello.

-Oh, tonto -Draco se acercó a Harry, colocando una mano en la mejilla del chico-. Posiblemente es lo más cliché y cursi y...

-Draco, quiero besarte ahora mismo.

-Hazlo.

Harry cerró el espacio entre sus labios y sus manos descansaron en la cintura de Draco. Durante el tiempo que duró el beso, todo lo demás desapareció.

-Necesitaré una buena ducha caliente después de esto -Draco se quejó con una sonrisa en el rostro.

-Podría acompañarte.

-¿Si?

-Por Merlín.

Harry, sin poder contenerse, la besó nuevamente, vertiendo todo el deseo en esa acción.

Draco manejó el beso hasta que se detuvo. Poco le importaba tener su pelo mojado y su bonito abrigo con ese mismo estado, con un guiño hacia su novio, comenzó a caminar lejos de Harry.

-Veamos quien llega primero, Potter.

Y Draco se echó a correr, con las mejillas sonrojadas no solo por el frío, sino por la emoción de haber besado a Harry en un escenario peculiar. Harry ni siquiera conjuró otro paraguas, solo corrió detrás de su novia, alcanzándola en la entrada.

Cuando pudo tomarla de la mano, la besó en la mejilla y corrieron a las habitaciones de octavo año sin parar de reír.

FLUFFYTOBER | Harry Potter fandomOnde histórias criam vida. Descubra agora