28 - final 《Ese es el trato 》

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Rocío aún iba a ver su recuperación, y se alegraba de ver como había podido superar muchas cosas, ya podían hablar con normalidad.

Ahora, ambas estaban en la sala de aquella casa, hablando y evaluando a la menor. Estaban solas puesto que el italiano tenía algo qué hacer.

Y ese qué hacer era ir a ver a sus prisioneros, durante todos esos meses los había torturado hasta hacerlos caer inconscientes.

La última siendo la extirpación de sus bolas.

Ellos estaban en su misma posición de siempre... dos de ellos no lo soportaron y terminaron muertos, Francis ya estaba por tomar el mismo camino.

—Vaya, vaya... te ves terrible fratello... —dijo Leonardo, sonriendo al ver el estado de Francis.

—Mátame... mátame ya... por favor... —susurró Francis con voz rasposa y débil, quiería morir de una vez.

—¿Debería darte ese lujo? ¿Es suficiente?

—Perdón... perdóname... lo siento mucho... perdón... —Le había pedido un sin fin de disculpas, pero Leonardo no lo escuchaba.

—¿De verdad te arrepientes? O solo es porque te tengo aquí casi muerto... Tú no te arrepientes de nada... —sacó una pistola de su saco y apunto a Francis—. Pero ya es suficiente... ya me harté de tenerlos aquí —pegó la punta de la pistola en la cabeza de Francis—. Ci vediamo all'inferno fratello.

Y jaló del gatillo, perforando la cabeza de él, hizo lo mismo con los que quedaba. Ya era suficiente. Alexa ya estaba bien, y eso era lo único que importaba.

Salió del calabozo y le pidió a sus hombres que se encargaran de los cuerpos.

Ahora volvería con su bebé...

Pasaron ya siete meses desde que Alexa se había quedado con él, y su recuperación iba excelente.

Había vuelto a estudiar para recuperar sus clases perdidas, decidió hacer un curso rápido y así poder tener la graduación junto a su amiga y compañeros.

Él estaba orgulloso de ella, por su fuerza y dedicación al querer seguir adelante y seguir creciendo bien.

Ella estaba tan ocupada en sus estudios que no se dio cuenta que los días y meses habían pasando volando.

Ya estaba a pocos días de graduarse y ella se ponía nerviosa, por su vestido, por su apariencia y qué diría la gente...

Él estaría con ella acompañándola.

Llegada el día, todos ya estaba en sus puestos, esperando ser llamados en la fiesta de graduación.

Alexa miraba a su alrededor, buscando a la persona que la llenaba de gozo, hasta que lo encontró, algo alejado, pero ahí estaba como lo prometió.

Con una sonrisa plasmada en su rostro, bien vestido y peinado destacando entre los demás "como todo un Santoro" pensó Alexa, divertida al verlo con una expresión de superioridad.

Llego el momento de entregarles sus diplomas, llamándolos uno a uno por sus nombres.

Fue el momento de Alexa, así que el italiano prestó toda su atención a la preciosa niña que iba en camino por su diploma, sonrió orgulloso y feliz... a pesar de que tomó un curso rápido, ella fue la única con los puntajes más altos.

Se enderezó altanero, como si fuera él quién obtuvo los puntos.

Alexa recibió y agradeció, escuchando los aplausos de las personas, haciéndola sonreír tímida y bajar la cabeza, volvió a su puesto hasta que todo terminó y era el momento del baile.

RETORCIDO CAPRICHO (Ese Es El Trato 1) Onde histórias criam vida. Descubra agora