El reencuentro

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Ya se habían cumplido exactamente dos años desde ese día.

Desde el día. en el que, desde el punto de vista de la gente de Ostania, se habían liberado de todo rastro de terror en la política, de las fuerzas de seguridad e incluso de organizaciones bajo las sombras.

Tanto era el jubilo de la gente al recordar ese día., que el nuevo gobierno del país decidió, a partir de ese año, conmemorarlo como una celebridad nacional.

Esa es la percepción de la mayoría de la gente...

...pero no para todos.

Y de eso podía estar seguro el muy joven Damian Desmond.

Para el, ese día. fue un cambio radical en su vida, por lo ocurrido con las personas con las que tenía un vínculo de sangre.

La caída de la posición prominente de su progenitor, terminando en prisión por el planeamiento de actos criminales a nivel internacional.

La perdida en la muerte de su hermano, quien literalmente fue uno de los sacrificados en el intento de preservar los planes siniestros del antes mencionado.

Y en cuanto a la otra persona con la cual tenía un vínculo sanguíneo... no tenía ni idea.

Lo que si tenía claro es que cada que en el calendario llega ese día., sus sentimientos son complejos, por decir lo menos.

Y por eso en ese día. en particular, lejos de los festejos que el resto de la gente realiza, el avanza en un lugar un tanto solitario y lúgubre, a pesar de ser tan solo las 11 de la mañana.

Camina con un paso sereno, sin prisa, y sin apuros, hasta que llega a un punto definido:

Una lápida.

Así es, se encontraba en el cementerio de Berlint, realizando una visita:

A quien fue, por sangre, su hermano mayor.

Puede ver cómo es que por todo lo ocurrido en el contexto del O-Day, ni siquiera se puede poner su nombre completo en el concreto sólido, apareciendo simplemente la siguiente leyenda:

"D. D."

"19XX-19XX"

"Amado hijo, hermano, y estudiante"

Pasan un par de minutos en los que Damian no se atreve a hablar, dejando que un viento frio se cuele en el panteón, hasta que sabe que tiene que romper el silencio, aunque lo que diga sea para si mismo:

-Hola Demetrius... ha pasado tiempo sin visitarte, ¿verdad?

Sabe que no va a recibir una respuesta, pero aun así sigue hablando:

-No sé si me viste, pero hace 2 años, justo el día. que... bueno, lo que te tiene aquí, te vi. E intenté que me oyeras, para que no te pasara esto... lástima que no pude detenerte.

El chico sabe que incluso a pesar de que solo habla para sí mismo, no le hace nada mal decir cosas que quizás los Forger no comprendan del todo bien.

-Te preguntaras que ha pasado con los demás, ya que por lo visto -observa la suciedad de la lápida, con hojas sueltas e incluso alguna que otra basura- no han venido aquí.

Suspira antes de continuar:

-Donovan... no me culpes, los voy a nombrar así, Donovan está preso, todo por los planes bélicos que estabas apoyado, y que al final condujeron a tu muerte.

Ya no sabía si eso lo estaba diciendo con un tono venenoso o simplemente informativo:

-El también hubiera tenido el mismo destino de no ser porque se de buena fuente que le perdonaron la vida. Y si te lo preguntas, no: no lo he ido a visitar en prisión.

Una familia de verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora