Algo en tu Pestaña

Start from the beginning
                                    

En la segunda foto, un acercamiento en el que me capturó justo en el momento en que suspiraba. Mis ojos se habían humedecido y la capa de lágrimas había provocado un pequeño brillo en estos. Mi expresión parecía como de melancolía, como si estuviera a punto de llorar por una pena ajena.

Marie que es mas expresiva que yo, no pudo disimular su impresión. Todo el conjunto de maquillaje, ropa y expresión combinaban en una forma exquisita.

Miré al chico mientras ajustaba su cámara y estaba impresionada, pero no soy tan expresiva como Marie.

—Bien —alcancé a decir —. Podemos seguir. Haré lo que me digas.

La sesión duró una hora, casi setenta fotos y cuatro cambios de ropa y retoque de maquillaje. Y este genio, «sí, lo reconozco»; me tomó fotos que me hicieron ver como si contara una historia. Realmente se veían hermosas y aún más cuando las cargamos a la computadora de Marie.

—Alex —decía mi amiga —, la fotografía es lo tuyo.

—Debo admitir que sí —comenté mirándolo — y me tomó otra foto por sorpresa, lo que me causó algo de risa.

—Parece que tienes algo en la pestaña postiza —dijo de pronto acercándose a mí.

—¿En serio? —pregunté con algo de miedo de que me cayera en el ojo.

—Permíteme, cierra los ojos — Y yo de tonta le hice caso.

Sentí que tocó suavemente la postiza; y de pronto, una presión en mis labios seguida de un leve chasquido. Abrí los ojos sorprendida, porque no podía creerlo. «¡Este chico me había besado!»

—Te dije que tienes unos labios tentadores —sonrió mirándome a los ojos con tal descaro, que sentí como mi cara se calentaba del coraje.

Mi reacción está totalmente justificada. Le lancé una bofetada tan fuerte que estoy segura que me dolió más a mí, pero esperaba haberle al menos aflojado una muela.

—Valió la pena —murmuró acariciando su rostro y se fue.

Cuando miré a Marie, estaba cubriéndose la boca y en sus ojos se reflejaba claramente su sorpresa.

Cuando miré a Marie, estaba cubriéndose la boca y en sus ojos se reflejaba claramente su sorpresa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Alexander

No era exactamente lo que pretendía. No sé qué me pasó, pero al verla, su hermosura me congeló y olvidé por completo los siete planes de broma que tenía.

En realidad, me entusiasmé con la idea de tomarle fotos. Pero no quería que fueran fotos normales de modelo y recurrí a algunas ideas locas. A ella le gustó la foto en la que le hice agitar la falda larga, media inclinada y mirando a la cámara con una genuina sonrisa.

Sin embargo, mi favorita es la de su acercamiento en ángulo de cuarenta y cinco, que resaltaba su boca. Para ser honesto, sus labios son comunes. Los he visto en muchas artistas, como la sensual Mila Kunis. La diferencia es que estos están más cerca. Bien cerca.

Tal vez por eso, viendo que no le había jugado ninguna broma, simplemente se me ocurrió besarla. No pude contenerme y aproveché la oportunidad.

Una vez logré que se relajara conmigo cayó redondita y la besé. Tal y como lo esperaba, sus labios eran suaves, mullidos y aunque no correspondió, pude besarla ampliamente. «¡Carajo, sí que me gustó besarla!» Y no me arrepiento, ni siquiera por la cachetada.

Caminando a mi casa, llevo dos sensaciones; el ardor por la bofetada en la mejilla. Y una leve y agradable vibración en los labios.

 Y una leve y agradable vibración en los labios

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Loryann.

Ya en el auto, no tenía dónde mirar excepto a mis manos cerradas en puños apretados, pues mi mayor temor era que mi tía se diera cuenta de lo ruborizada que estaba. Por suerte está entretenida hablando con Gladys, la secretaria del colegio. ¡Rayos! Y ahora resultaba que yo también conocía el nombre de la secretaria.

Cuanto atrevimiento de ese Alex de besarme. «¿Acaso le gusto? ¡Pues él a mí no!»; pensé. Digo, no es que sea feo, pero... tengo otras cosas en la mente. Me enojaba recordar el calor de sus labios en mi boca y el recuerdo del chasquido de ese beso; y aprieto fuerte mis puños lamentando no haberle pegado así, con el puño cerrado. Pero me las pagaría.

Me siento violada. Humillada. Probablemente, Marie tiene razón. Lo hizo para desquitarse de que tirara su cámara. Que infantil, ni siquiera se rayó. Pero el lunes me escuchará.

—Bien Lory —dijo mi tía al cerrar su conversación —. Hoy tenemos albóndigas con papas au gratin y...

—No tengo hambre — me apresuré a decir.

—¿Te pasa algo? —preguntó preocupada.

—No. Nada. Es que...

—Ah. Ya sé. ¿Quieres que nos detengamos a comprar toallas sanitarias?

Levanté la cabeza mirando al frente; y mi mente se volvió un amasijo de ideas para responder a eso. Por suerte tomé la más acertada.

—No, está bien, todavía tengo.

Y al escuchar a mi tía decir «de acuerdo»; y continuar conduciendo me calmé.

Una vez llegamos y la puerta se abrió, caminé lo más rápido que pude hacia las escaleras. Apenas pude oír a mi tía decir algo de calmantes en el baño. Me encerré en el cuarto y tirada sobre la cama solo podía mirar al techo y así estuve un rato hasta que cerré los ojos y sentí, juro que sentí que me volvía a besar. Y me incorporé agitada.

«Te odio, Alexander Díaz»...


Ladrón de Besos(Completa)Where stories live. Discover now