❝𝗘𝗟 𝗦𝗢𝗟𝗗𝗔𝗗𝗢 𝗠𝗨𝗗𝗢 ❞━━ ʜᴀɴᴋ x ᴛ/ɴ

• Cuando nadie te ve

Cerró los ojos con fuerza y bajó la cabeza, esperando algo horrible una vez el hombre de lentes la tenia aprisionada contra la pared con intenciones de ahorcarla o usar el cuchillo en su contra; mas el instinto primario de supervivencia hizo de las suyas impulsando la fuerza restante para tomar el cuchillo que iba dirigido a ella aun así fuera por el filo de este,la adrenalina impediría que sintiera el dolor,todo con tal de controlar la situación. Ambos forcejearon hasta que ella logró empujar su brazo hacia arriba donde el filo cortó el lateral de su rostro salpicando de sangre la pared, haciéndolo retroceder un poco.

De pronto todo se volvió mas claro y el fondo se tornó en una habitación común y corriente en lugar de estar en una base del Núcleo. No entendía que había pasado.

Con miedo pudo ver como Hank le regresó la mirada teniendo su musculatura tensa,se había enojado. Una vez cruzada esa linea nadie en Nevada tenia oportunidad contra el hombre. Su capacidad de reacción siempre fue superior y por ello tomó ambas manos de la menos y las puso por encima de su cabeza contra el espaldar de la cama, encarandola por su ataque sin sentido. 

H — ¡Soy yo! — con su otra mano libre recuperó el cuchillo de un tirón.

Ella poco después reaccionó, ajustando sus ojos a la oscuridad para ver el lugar donde se encontraban. Recordando que una vez se desmayó por la perdida de sangre, entre Jebus y él decidieron hacer una parada. Eso la tranquilizó 

Todo había sido una pesadilla, pero hirió a Hank de verdad. Cuando este solo trató de despertarla antes de que se viera tentado a hacer mal las cosas.

G — ...Y-Yo...

No podría explicarse del porqué de su acción. Tan solo podía concentrarse viendo su propio reflejo en los lentes de su contrario, tratando de descifrar si seguía molesto,imaginó que si. Su herida seguía sangrando. 

Él lentamente se alejó con la poca paciencia que le quedaba en un suspiro, soltando sus manos para cruzarse de brazos notablemente disgustado.

Ante esto la chica cedió ante la culpa. Realmente se sentía mal por haber reaccionado de la peor manera ante una estúpida pesadilla. Tal vez,en el fondo aún prevalecía un absurdo miedo hacia él o mas bien lo que representaba. Hoy le ganó un extraño instinto de lucha inclusive estando medio dormida. Aun teniendo en cuenta que, pesar de todas las extrañas circunstancias,él tuvo un cambio gradual,no muy grande realmente. Pero lo suficiente para sentirse cómoda en su presencia e incluso llegar a caer dormida junto a este pese a que normalmente no duerme junto a extraños...Él no se sentía como un extraño total. Por ende. Supuso que la paranoia del soldado empezaba a afectarle de forma negativa. Tantos maltratos sorpresa en medio de la noche en Nexus Core al parecer si llegaron a afectarla.

G — Te curaré ¿si? — dijo mostrando mi mano ensangrentada.

 Trató de acercar su mano a la herida del rostro de este, el cual agarró su muñeca desconfiado de sus siguientes acciones. Ella suspiró y alzó la cabeza, haciendo acopio de valor, despejó solo un lado de su rostro situando el cabello tras su oreja para mirarlo de la forma mas directa posible hasta ahora, se lo iba a compensar aun tuviera que romper una regla no escrita, le dirigiría una mirada suplicante si era necesario. Extendió de nuevo su mano esperando a ser perdonada. 

Este gesto de confianza dejó paralizado al mercenario,estaba en trance, era una hipnosis que la chica misma causaba en él, hacia que todos sus pensamientos se borraran por un instante y solo pudiera admirar su vista semi expuesta centrada en él , sus gruesas pestañas, la forma en que lo miraba, ese brillo de vida que tenía era majestuoso. Solo pudo ser sacado de dicho trance cuando lo tocó pidiendo permiso a subir.  

H — Bien — Soltó la muñeca aprisionada arremangando la tela de sus brazos, dejando ver todas las quemaduras y cortadas producto de la misión reciente. 

Con alivio visible ella empezó a pasar las manos cuidadosamente por cada herida asegurándose de poner suficiente sangre en cada parte hasta estar satisfecha y no ver rastro alguno de mas daño. Solo faltaba curar la fea cortada en el rostro que ella misma había ocasionado. Subió las manos para bajar el cubrebocas del mayor no sin antes hacer una pausa para saber si podía. No hubo resistencia así que continuó: Se levantó sobre sus rodillas para estar casi a su altura sentado. Bajó la fina tela pasando con sutileza sus dedos sobre la profunda herida y poder observar esas unicas y raras facciones siempre ocultas mas de cerca. Esos aterradores dientes filosos, la carencia de labios y la prótesis perfectamente fabricada. Simplemente le era fascinante como hace que funcione de alguna manera. Dicha fasinación la indujo mas a un acercamiento curioso hasta que notó que la respiración del mercenario se entrecortaba.