30. Solo es un apellido

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Jade

Camino apoyándome en los árboles y tapando como puedo el agujero en mi vientre. 

Ahora mismo mi nariz y mi cabeza son fuentes de sangre, al igual que las heridas de mi cuerpo, pero de alguna manera he sacado fuerzas de dónde no las había para ponerme en pie he intentar salir de aquí. 

Consigo ver unas luces al final del sendero. ¿Será el jardín del castillo? 

Escucho el aullido de unos lobos cerca de aquí. -¡Jade! -gritan mi nombre a lo lejos. 

Camino más rápido tropezando pero manteniéndome de pie. Los árboles se me acaban y ya no tengo apoyo, pero estoy cerca, así que sigo intentándolo, sigo caminando enterrando mis pies en la nieve. 

Cuando por fin logro llegar a la entrada del bosque y ver a tanta gente buscándome decido que ya es hora. 

Me caigo al suelo y me encojo para intentar entrar en calor.  

-¡Jade! -Isaac me coge en brazos llevándome con mi tío. 

-Está muy débil, necesita ayuda ya. 

Isaac

Corro por los pasillos cargando a Jade, la cual se desangra por momentos, pero es como si su sangre no se acabase nunca. 

Entramos en la enfermería donde la señorita Megan está preparando algo que darle a Jade. 

-Jade. -una voz hecha mierda suena en una esquina del cuarto. Allí veo a Zev completamente destrozado, su piel está cogiendo un tono grisáceo, las heridas de sus brazos y piernas todavía no se han curado y está muy delgado. 

-Dásela. -ordena Megan mientras corta unas plantas y las hecha en un caldero. 

Zev extiende sus brazos y según acerco el cuerpo de mi prima el color vuelve a su piel. La coge con cuidado y acercándola a su pecho, rodea su cuerpo con sus brazos acercando la frente de Jade a sus labios. Se queda en esa posición mirando a la nada, pero de vez en cuando sus ojos pasan de mi prima a Megan y de ella a mí. 

-Esto ayudará a que su cuerpo se regenere. -dice levantándose y acercándose a ella. Pero al ver que Zev se tensa e intenta alejar a Jade para protegerla mi corazón se encoge. -No le haré daño, solo quiero ayudarla. -Megan consigue darle a Jade la pócima y enseguida su cuerpo comienza a regenerarse. -Bebe de ella. 

Antes de que Zev acerque sus colmillos al cuello de Jade la puerta se abre de golpe. -¡No! -Stormy corre para alejar a mi prima de él evitando que la muerda. -Joder, ¿es que no lo oléis? Su sangre apesta. 

-¿Eso qué significa? 

-Que la han mordido. -deja a Jade en la camilla y empieza a abofetear su mejilla. -Jade, vamos, despierta. -dice haciendo que abra los ojos. -Solo déjame entrar... -sus ojos cambian de color, está entrando en su mente. -Eleonor. 

La puerta choca contra la pared rompiéndose. -¿Qué acaba de pasar?

-Chicos, ¿Dónde está Zev? -pregunta papá entrando en la habitación y mirando la puerta rota sin entender. Todos giramos la cabeza viendo que lo único que queda de él es la manta con la que estaba tapado tirada en la esquina dónde estaba. 

Zev

Camino por los pasillos lleno de ira, con cada paso que doy el suelo se agrieta. Cualquiera que esté en los pasillos y me ve se larga corriendo con tal de no acercarse a mí. 

Llego a mi habitación después de seguir un rastro de la sangre de Jade. Abro la puerta lentamente encontrándome a mi prima sobre mi cama, llena de la sangre de Jade y por ende manchando mis sábanas. 

-Pensaba que tendría que ir yo a por ti. -dice mirándome con sus ojos rojos, la habitación está llena de velas encendidas. En cuanto ve que yo también estoy manchado con su sangre le cambia la cara. -Dios, apestas a ella. 

-¿Por qué lo hiciste? Sabes que no morirá. 

-Había que intentarlo. -sonríe comenzando a extender sus brazos. Va a morir, y lo sabe. 

Me abalanzo sobre ella con las pocas fuerzas que tengo y comienzo a despedazarla sobre mi cama. Deshago su cuerpo por completo, en ningún momento grita o intenta alejarse, no lucha, simplemente lo acepta. 

Dejo de moverme cuando me quedo sin energía, de ella solo quedan cachos de carne, huesos rotos y sangre, mucha sangre, por todos lados. 

"-Zev. "

Escucho a Jade en mi cabeza. 

Salgo de mi habitación caminando por el pasillo. Me tropiezo y estoy a punto de comerme el suelo cuando alguien me sujeta. -Ya está grandullón.

-Stormy... -la miro a los ojos viendo el sufrimiento en ellos. -Lo siento.

-No, no quiero ver ni pizca de compasión. -gruñe empezando a caminar arrastrando conmigo. -Venga príncipe, tu princesa te espera.

Caminamos por los pasillos dejando mamchas de sangre que llaman la atención del resto de vampiros que siguen despiertos. Salen de sus cuartos queriendo acercarse a probar la sangre de mi prima. Ese era su don, su sangre era como la esencia de vainilla, tenía un olor esquisito, pero una sola gota podría llevarte al mismísimo infierno.

Por eso querían emparejarme con ella, para que nuestros hijos fuesen máquinas de matar.

Según nos acercábamos a la enfermería el olor a vida me devolvía el color a la cara y las ganas de seguir caminando.

"-Jade. "

Repito su nombre en mi cabeza millones de veces. -En cuanto le suelte cerrad la puerta. -ordena Stormy, y entonces me doy cuenta de que Isaac, Nic, mis padres, el director y Megan están fuera.

"-Zev. "

Me está llamando, me necesita.

Siento como mi otro yo sale lentamente, mis colmillos chocan contra la piel de mi labio inferior. El color de mis ojos cambia y mi respiración se agita.

-¿Listo grandullón? -Stormy pone su mano en mi pecho y se aleja lentamente, sin embargo yo corro a la enfemería escuchando como cierran la puerta tras de mí y pasan un pestillo de hierro para que no entre nadie.

Me abalanzo sobre Jade, que todavía sigue semi inconsciente. Comienzo a morder su piel y a sacar la asquerosa sangre de mi prima de su organismo.

A pesar de que siento dolor lo soporto, lo jago por ella. Pronto el suelo de la habitación se cubre de sangre podrida.

El cuerpo de Jade está lleno de las marcas de mis dientes.

Al ver y oler tanta sangre pierdo la cordura. Lo único que sé es que la estoy salvando.

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