Capítulo 3

3.6M 190K 283K
                                    

C A P Í T U L O    0 3



HASLEY WEIGEL

La mirada de mi madre decía a gritos que le diera una explicación. Era incapaz de desviar mis ojos de los suyos, eran tan penetrantes y miraban como si los míos fuesen una cueva oscura buscando un poco de luz en ella.

— Es increíble que me llamen del instituto diciéndome que estas faltando a clases — replicó con un tono de voz duro.

Bajé mi mirada tímidamente hasta los dedos de mis manos que estaban encima del banco de la cocina entrelazándose nerviosamente entre ellos. Inflé ambas mejillas tratando de poner un poco acogedor el ambiente, pero fue imposible.

Al parecer el maestro de literatura no aguantó más que me reportó en la dirección y la directora le llamó a mi madre avisándole de mi falta de ausencia en clases. Ahora estaba en medio de una discusión con ella en la cocina exigiéndome un porqué que valiera la pena por la cual había faltado a clases. Mi madre era muy estricta a la hora de hablar de mis estudios, según ella era lo único que dependería mi futuro y tendría. Había estado trabajando tanto para poder pagar mis estudios y cada gota de sudor debía recompensarselo con el instituto.

Mi madre estaba en frente de mí y no podía esconderme de su mirada en lo mas mínimo. Apoyó su mano sobre la mesa y empezó a tocarla con las uñas de sus dedos. Podría decirle que había llegado tarde, pero era imposible, ya lo sabía todo.

—Hasley Weigel, estoy esperando una explicación — demandó enojada con mucha autoridad en su voz. Bien, siempre que usaba ese tono de voz lo estaba.

— Ese instituto esta peor que preescolar — fue lo único que dije en un tono bajo recibiendo una mirada de desaprobación por parte de ella.

— Hasley — mi madre reprendió con poca paciencia. La estaba sacando de sus casillas y no era bueno. Tenía mucho temperamento, y yo era lo contrario.

— Lo siento, ¿si? — dije en un tono de voz arrepentido. Y no mentía... O tal vez algo.

— Eso no basta, Hasley — suspiró relamiendo sus labios —. Sabes perfectamente que no me gusta que andes perdiéndote las clases.

— La primera vez él profesor Hoffman no me dejó entrar, él me odia — hice un mohín demasiado infantil.

— Ay Hasley, según tú a ti todos te odian — rodó los ojos.

— ¡Él me odia aún más! — alcé los brazos y dejé caer mi cabeza en la mesa.

— Claro — mi madre habló irónicamente —. ¿Y entonces por qué faltaste ayer? Por lo que sé nunca te presentaste.

Guardé silencio, apretando mis labios mientras buscaba algo que pareciese creíble, un par de minutos después levanté mi cabeza para decirle mi excusa, pero ella ahora se encontraba revolviendo algo en su bolso.

— ¿Qué buscas? — pregunté tallándome el lado de mi frente -posiblemente roja- que había sido apretada por la superficie de la mesa.

— Mi celular — ella respondió mirando hacia los lados. Me levanté del taburete donde estaba sentada y la ayudé a buscarlo.

Al menos me había salvado de mi terrible excusa que tenía pensado decir. Salí de la cocina y me dirigí a la sala. No tuve que perder tanto tiempo en encontrarlo, porque el famoso sonido de su celular que era un ringtone demasiado antiguo sonó en unos de los sillones.

— ¡Creo que ya lo encontré! — avisé con un tono alto para que me escuchara.

— Contesta — demandó acercándose hasta donde yo me encontraba. Rápido lo cogí entre mis manos y deslicé mi dedo por la pantalla, pero no hablé, estiré mi brazo hasta que ella lo alcanzó —. ¿Diga? — sonó decente. Me quedé parada justo en frente de ella mientras oía todo lo que hablaba, al parecer era sobre su trabajo  —. Oh, pero yo he dejado todos los expedientes y documentos en unos de los cajones — frunció el ceño —, de acuerdo voy para allá — finalizó sin ganas después de unos segundos.

BOULEVARD © #1  [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora