❝ El mismo chico los llevó a encontrarse, pero fueron sus sentimientos escondidos los cuales los hicieron acercarse... El miedo a la caída podía controlar los corazones más débiles, pero eran como las hojas de un viejo árbol en otoño... Siempre supi...
— Tu responsabilidad afectiva es una mierda. — lo atacó hecho furia. Hwang sonrió amargamente. — Ni siquiera sabes qué es eso, ¿verdad?
— Sólo sé que yo tampoco quiero volver a verte. — dijo con gravedad. Su paciencia tenía un límite y Minho era experto pasando esa línea. — Estoy intentando no quedar como el maldito que te rompió el corazón, pero no me entiendes.
— Nadie te entiende — murmuró, omitiendo el hecho de que Hyunjin había dicho la palabra "maldito", y él no era de decir groserías, a menos que estuviera realmente enojado. — Si te vuelvo a ver, te partiré la cara que tanto cuidas.»
Sin embargo, se volvieron a ver, e hicieron más que verse o conversar. Cuando estaba con Hyunjin, se sentía diferente, como si tener su atención lo hiciera invencible, lo convirtiera en lo mejor que tenía el mundo, porque tenía la aprobación de Hyunjin. En algún punto se dio cuenta de que estaba mal depender de eso, y por eso pensó que estaba bien que ya no estuvieran juntos, sin embargo, la primera vez que Hyunjin lo buscó de vuelta, fue demasiado débil.
Minho ingresó al auto, cerró la puerta con fuerza y golpeó el timón con ambas manos repetidas veces mientras gritaba enfurecido. Odiaba ser su maldito títere. Odiaba estar siempre a su disposición y sentirse de esa forma cuando a Hyunjin se le antojaba cancelar una de sus citas. Debía dejar de contestar sus mensajes, de enviarle los "buenos días" y las "buenas noches", era extremadamente patético.
— Carajo — soltó por lo bajo. Rebuscó en el bolsillo de su abrigo y sacó su celular, para entonces marcar a la única persona que estaba dispuesta a escucharlo, y que estaba al tanto de todo lo relacionado con su ex. — Aló — dijo, pero en respuesta habló la secretaria. — Soy Minho — suspiró frustrado. — Pásame a mi hermana ahora. No me importa que te haya dicho que está ocupada, maldita estúpida. — la secretaria le colgó, Minho volvió a suspirar para tranquilizarse. Marcó nuevamente — Sólo pásame a mi hermana, Dahyun.
Y eso sucedió al instante.
— Hola, ¿qué tal? — contestó Sana con esa sonrisa telefónica. — ¿Le dijiste "maldita estúpida" a Dahyun?
— Que le den un regalo. — contestó con simpleza. — Sé que le gusta alterarme para que la insulte y así reciba un regalo bonito. No son nada económicos sus gustos.
Sana soltó una risita.
— De acuerdo. — le sonrió a Dahyun a través de las paredes de vidrio de su oficina y continuó con su llamada tras suspirar — Y dime, ¿ahora qué hizo Hyunjin?
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En la secundaria se le hizo muy difícil hacer amigos, pero con el tiempo aprendió a abrirse con mayor facilidad, y con esa experiencia aprendió a ser más selectivo con su grupo social. Estaba feliz de pasar la navidad con Changbin, Chan, Jisung y Seungmin en la casa de su querido Hyunjin. Valía la pena gastar parte de sus ahorros para poder ser parte de tal reunión, y sobretodo cuando era en un penthouse como ese.
