harry & louis

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«Las cosas se volvieron tan difíciles que me es casi imposible lograr recordar en que remoto instante todo de volvió negro ante mis ojos y el conciso ruido de mi cuerpo siendo apuñalado por una infinidad de dagas se hizo presente en mi campo auditivo e inevitablemente en el de todos los demás, menos el tuyo que era el mas importante. Cuando logre despertarme, en ese preciso momento comenzó mi romántica y trágica ruina, que por medio de estas insulsas palabras sin una pizca de divinidad pero una gran cantidad de sentimiento logre relatar aun cuando mis manos todavía permanecían temblorosas e inevitablemente manchadas. Manchadas con tu sangre, mis lagrimas y llenas de gritos ahogados, gritos de suplica hacia una divinidad que con dolor ignoro mi pesar. Una Deidad la cual sin duda alguna gano mi odio y rencor. Tal vez mis palabras son demasiado arraigadas, tal vez son demasiado complejas de entender, pero ¡oh cariño mío! ¿Cuándo será mi turno? ¿Cuándo llorare las palabras que quedaron por decir? ¿Cuándo será el día en el que mi cuerpo convulsione con desconsuelo y finalmente pueda soltar aquel grito lastimero que mi garganta anhela?, pero aun cuando toda esta triste pasión habite en mi corazón, aun cuando ese desmesurado: "¡no, no estoy bien!" quiera escapar de entre mis labios, aun así con todo este tormento atragantado como vomito en mis entrañas, aun así no lo diré, aun así solo sonreiré, asentiré y diré un forzoso: "todo esta mas que perfecto." Porque no quiero el mas sentido pésame de las personas, porque no quiero ver lastima en sus ojos, porque no quiero. No, mejor dicho, aun no puedo aceptar el hecho de que me abandonaste, porque lo hiciste. Y lo hiciste de una manera tan cobarde, que llega a revolver mi estomago sintiendo asco de tanto llorar.»

La tinta seca reposaba en sus blanquecinos y largos de dedos, Harry con somnolencia se levanto de su escritorio, con aquellos rebeldes rizos pegados en su cien. Bajo las escaleras y se hizo un té y tostadas.

Murmullos se sintieron en la otra habitación y pasos sonaron apresurados hacia donde estaba Harry.—¡Mi hermano querido!—La voz caramelizada de su hermana repiqueteo por las paredes de la habitación blanca y aburrida. Su hermana no espero respuesta alguna, para lanzarse a sus brazos como si no lo hubiera visto en veinte años.

—No hay porque hacer tanto drama, hermana querida.—Harry hablo toscamente contra el hombro descubierto de su hermana, pero sin importar sus sentimientos, no pudo negarle el abrazo a su hermana.—¿Suficiente?—murmuro dudoso cuando su hermana no lo soltó.—Suficiente.—acertó con un asentimiento y despegó las manos de Gemma las cuales se encontraban aferradas a su camisa negra.

—Te extrañe, lo mínimo que puedes hacer por tu hermana preferida es recibir mi cariño como si realmente lo quisieras.

—Eres mi única hermana, Gemma.—Harry ignoro por completo el resto de la extensa y aburrida frase que Gemma había recitado (ya de memoria).

—Deja a tu hermano tranquilo.—Hablo su madre, Anne, por detrás de ellos.—Harry tiene que descansar, no se está sintiendo bien. —Harry enarco una de sus cejas con interés.

—¿No me estoy sintiendo bien?—habló, la molestia destilando de entre sus labios.—Oh, lo siento madre. Olvide que tu sabias mas acerca de mis propios sentimientos que yo, cuanto lo siento.—fingió un puchero.

Anne lo miro disgustada. —Sabes que quiero lo mejor para ti, cariño.— Harry no respondió nada, tenia muy en cuenta el hecho de que a veces no podía controlar su personalidad un tanto pasivo agresiva, así que simplemente se quedo en silencio para no formar un pelea.

La taza de té y las tostadas que aún no había comido quedaron en segundo plano, Harry solo podía escuchar el ruido del silencio que su cabeza estaba teniendo, pero no era un silencio común, no era el silencio al que acostumbraba cuando sus pensamientos solo querían estar en calma, era de aquellos silencios que asfixiaban sus sentidos, de esos silencios que eran tan ruidosos que lo único que quieres es tapar tus oídos y gritar por lo doloroso que es.

Harry se levanto de su asiento, escuchando como su hermana lo llamaba con insistencia. Sin embargo hizo oídos sordos a los llamados de su hermana y subió las escaleras que daban hacia la azotea de la casa.

Tomo una profunda respiración al sentir el viento golpear en su rostro. El día estaba completamente congelado, el frio se hacia presente en cada hueso del delgado cuerpo de Harry y la tranquila llovizna empapaba su rostro descubierto, Harry no se podía haber sentido mas complacido ante aquel clima, frio y desolado. Tal vez se sintió un poco reconfortado.

...

—El clima es tan bonito como tu ¿no es así?—Louis le hablo como si de un niño se tratara y Harry solo pudo reír. Estaban en la espaciosa azotea de Harry, la cual contaba con una pequeña tumbona para dos personas. Louis noto cuan decaído estaba Harry e inmediatamente se preocupo. —Hey, ¿esta todo bien, Hazz?

Harry no contesto, simplemente miro a Louis con sus ojos brillosos, a punto de soltar una traicionera lagrima. Louis no dijo nada mas, y con cariño abrazo a Harry, el cual solo pudo tirarse encima de el buscando mas de su contacto. Harry lloro, lloro como quería hacerlo hace semanas pero simplemente no podía.

Pero ahora se sentía tan seguro entre los brazos de Louis, se sentía protegido y podía simplemente ser el mismo. Porque cuando Louis tocaba su cabello de esa manera y le susurraba al oído pequeños 'te amo' y 'todo estará bien' sabia con certeza que sin importar que pasara Louis siempre estaría ahí.

...

Harry lloro porque no sabía que más hacer, lloro porque ni sabia como demostrar sus sentimientos, lloro porque extrañaba tanto a Louis que su corazón dolía.

—¿Por qué me dejaste?

...

—Estará bien.—murmuro Anne cuando Harry subió las escaleras a paso apresurado.

—Harry habla del dolor como si todo estuviera bien, como si lo que le paso no tuviera importancia. Como si Louis todavía siguiera aquí.—Anne la miro atenta. —Pero yo se que una parte de él se siente muerta por dentro, así que no digas que él estará bien, porque no lo está, madre.

Gemma subió las escaleras en busca de Harry, quería que el supiera que no estaba solo y que no hacia falta hablar de eso todavía. Pero cuando subió no encontró a Harry por ningún lugar.

Suspiro con tristeza sin saber que hacer al ver una carta con el nombre de Louis grabado en el piso de la azotea, mojándose por la llovizna y la tinta corriendose fácilmente.

Gemma solo pensó en lo solo que Harry podía sentirse por momentos.

how to disappear [larry stylinson]Where stories live. Discover now