GHOST ▪︎ [YiZhan]

18

— Mhn. Nuestro vuelo sale mañana a las diez de la mañana.

Yibo y Zhan habían llegado a la habitación de su hotel con lo poco de energía que les quedaba, había sido un día agotador, muy entretenido y divertido, pero muy agotador. Ambos se tomaron turnos para bañarse y cuando ya estuvieron limpios y la comida recién llegada, procedieron a comer.

Con pereza masticaban lo que tenían en sus bocas, mientras tanto, Yibo miraba a Zhan comer, quien mantenía sus ojos más cerrados que abiertos.

— No te duermas — dijo haciendo que Zhan volviera en sí.

—Estoy cansado.

Su voz era baja, y arrastraba un poco las palabras.

— Pero te caerás de la silla. Termina de comer y luego ve a la cama.

— Mhn... Ya terminé.

Se levantó de la silla y caminó a pasos torpes hacia su cama.

— Pero aún no has... — y Zhan se lanzó a la blandita del colchón. — Tu comida.

Terminó de decir, para luego soltar una pequeña risilla. Continuó con la comida que quedaba en su plato y una vez que terminó de comer, recogió todo para poder ir a su cama, también se encontraba muy cansado y quería dormir. Pero a diferencia de Zhan, con calma se acostó en su colchón para entregarse al completo sueño.

Zhan y Yibo se encontraban en la casa del mayor, esperando a que su invitado especial arribara. No era nadie más que el mejor amigo de Dao Kenji.

Luego de haber bajado del avión, rápidamente se pusieron en contacto con el susodicho para poder programar un día, grande fue sus sorpresa cuando este les preguntó si no se podían reunir ese mismo día, algo a lo que ninguno de los se negó.

Y allí estaban ellos, sentados en el sofá, esperando a que el timbre sonara. Así fue, los más rápido que su cuerpo se lo permitió, Yibo se levantó de su lugar para abrir la puerta.

Pero se llevó una pequeña decepción al ver quién era, y fue pequeña, ya que el detective a cargo de su caso siempre lo llamaba para decirle que debían reunirse, esta vez solo llegó sin avisar.

— ¿Detective Liu? ¿Qué hace usted aquí?

El hombre solo levantó una carpeta y suspiró.

— Encontré algo que le va interesar.

— Adelante, pas-

— Presidente Wang.

Alzó sus mirada, y allí pudo ver al secretario y mejor amigo de Dao Kenji, acercándose a la puerta, con un rostro neutro y tenía un aura un tanto misteriosa.

Años atrás.

Ver esa enorme y elegante fachada de aquella escuela, sin duda alguna lo hacía sentirse incómodo.

— Cariño. Se que está escuela no es como la de Japón, pero dale un oportunidad.

— Mamá, no conozco a nadie. ¿Puedo regresar y vivir con los abuelos?

— Kenji. Dale una oportunidad, harás más amigos. Eres un chico increíble, y muy inteligente, no seas negativo y ve.

Habló su padre con una sonrisa intentando transmitirle calma. Miró a su madre, y está sonreía igual. Dándose un poco de ánimos, suspiró despidiéndose de sus padre para ingresar a la institución.