22: La ocasión [+18]

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Disparó en un parpadeo, pero no al hombre que tenía delante, sino al otro junto a Aysel, que se desplomó al instante con una bala entre las cejas.

Los dos que sostenían a Aaron respondieron al fuego de inmediato, pero Azrel usó al de adelante suyo como escudo, aprovechándose de su chaleco antibalas.

En lo que los de atrás intentaban acribillarlo en vano, Azrel Mortem dio dos disparos que terminó el asunto a su favor.

Cuatro cadáveres a los pies de los dos fugitivos y el verdugo.

Aysel se inclinó sobre cada uno de ellos cerrando sus ojos con una delicadeza fuera de lugar.

—Que El Señor guíe el espíritu de cada uno de estos discípulos que solo cumplían las órdenes de su líder —murmuró la pelirroja—. Amén.

—Que así sea —respondió Aaron con sus manos esposadas sobre su pálido pecho salpicado de sangre.

Aysel lo miró con un reproche plausible al captar el dejé burlón en su voz.

—No te burles.

—Nena, estás loca.

—Al Señor también lo llamaron loco.

Azrel contuvo el impulso de alzar los ojos al cielo. Solo quería irse de ahí y dejar a los dos locos que terminaran de asesinarse mutuamente sin él como testigo.

—Boss —dijo Azrel en dirección a la pelirroja—, ¿tengo permiso de retirarme?

—¿Parezco escoltada y a salvo, Mortem?

—No, pero me doy cuenta de que está ocupada —dijo el griego lanzando una mirada que poco disimulaba su desprecio al zancudo.

Aysel también miró al pálido Jesper.

—Tú puedes irte.

—Como dijo una vez un filósofo romano: já.

Aaron se hincó junto al mismo cadáver que revisaba Aysel y se inclinó hacia el oído de la loca. Azrel no lograba oír lo que le susurraba, pero sí notó cómo, teniéndola distraída, Jesper estaba escarbando en los bolsillos del difunto.

Sin que la pelirroja se percatara de lo que estaba sucediendo, Aaron consiguió la llave de sus esposas, desató una de sus manos y cerró la otra argolla en la muñeca de Aysel, quedando ambos unidos.

—Tú vienes conmigo —le dijo el vampiro mordiendo su oreja.

—¿Siempre has estado así de frito o es algo que perfeccionaste en mi ausencia? —inquirió Aysel—. Te van a desollar la verga si me encuentran contigo, imbécil.

—Deja el drama, Satanás, que nadie te está pidiendo que le dejes un mensaje avisando a tu marido.

Aysel se mordió el labio y miró Azrel, como si significase algo lo que su sabueso pensara, como si fuera a considerarlo siquiera.

Él se mantuvo firme, cuidando que su gesto fuese tan indiferente como siempre.

—Sama'el va a reconocerme —le dijo Aysel a Aaron considerando su propuesta.

—Sama'el no me reconoce ni a mí que soy el futuro de su imperio.

—Qué esperanza para su imperio... —acotó ella con un tono sarcástico.

Aysel gritó sorprendida cuando los dedos del vampiro se clavaron en sus mejillas y reclamaron su rostro para que mirara esa malvada curva en los labios que casi le atravesaba el rostro.

—Eres tan linda, creyendo que tienes opción.

Ella se rio en su cara.

—Puedo silbar y desaparecerías, mocoso.

Nerd 3: rey del tablero [+18]Where stories live. Discover now