FATBOY

Once

Pero la ilusión de Harry se había esfumado por completo, aquello que imaginó cursimente ya no pasaría, ya no tendría a Louis dándole ánimos detrás de cada juego en el torneo, ya no sería premiado con sus besos por su buen desempeño en cada partido. Con ese triste pensamiento comenzó a caminar por el pasillo del autobús, su corazón comenzó a latir con rapidez al ver a Louis en uno de los asientos al frente junto a Niall, su cara estaba demasiado roja, su nariz apunto de congelarse pero él miraba por la ventana fijamente como si no tuviese vida, así se sentía seguramente.

Harry caminó solo dos asientos más atrás y guardó su equipaje de mano para luego quitarse la chaqueta que llevaba y quedarse con un abrigador suéter puesto, caminó hasta Niall y Louis de nuevo extendiendo la chaqueta, el castaño ni siquiera parecía notarlo o si lo hizo no quiso hacerle caso.

— Po-por favor tómala, vas a resfriarte o algo peor —Murmuró preocupado pero no hubo respuesta, Niall suspiró tomando la chaqueta.

— Está bien, ya puedes ir a tu lugar —El rubio había sido un poco más amable con él desde aquella charla en la habitación.

Mordió su labio sin dejar de ver a Louis y asintió con tristeza volviendo a su asiento mientras veía a los demás chicos subir entre risas y juegos, eso lo hizo enfurecer ¿Por que los imbeciles superficiales no estaban sufriendo ni pagando ninguna consecuencia? suspiró tratando de olvidarse de todos y miró su móvil.

El último en subir fue un ojeroso morocho que no la había pasado para nada bien tampoco, había perdido a su mejor amigo y a su posible conquista, era más que eso, quería a Niall definitivamente para más que algo casual, pero ahora entendía el por que nunca se fijaría en él.

El viaje de regreso se sintió mucho más largo que antes, su cabeza no dejaba de dar vueltas y volvió a doler demasiado durante todo el camino, no quiso tomar nada pues se seguía castigando así mismo, lo merecía.

Cuando el autobús por fin se detuvo en él familiar instituto dejó que todos bajaran antes que él y tomó su equipaje sin una pizca de ánimo, cuando bajó unas náuseas muy fuertes se apoderaron de él, Jay estaba esperando a su hijo con alegría fuera de su auto, la había decepcionado, no supo cuidar del castaño.

Louis caminó rápidamente hasta su madre y la abrazó con fuerza sin poder contener sus sollozos ni un segundo más, el corazón de Harry se apuñalaba así mismo ante la escena, Jay lo buscó con la mirada mientras consolaba a su hijo pero el rizado no se atrevió a verla, así que se perdió entre los chicos para tomar su maleta y buscar su auto en el estacionamiento porque nadie estaría esperándolo ni siquiera en casa, quizá su hermana, quien ahora lo odiaría también, lo merecía.

***

Los meses pasaron más rápido de lo que todos creían pero ya nada era igual en el instituto ni mucho menos en la vida del castaño, desde lo sucedido en las cabañas había dejado por completo sus días de largas lecturas, había quitado los posters de su habitación con un enorme pesar pero siempre creyendo que sería lo mejor, guardó en su armario los recuerdos de su grupo favorito tratando de cerrar una etapa de su vida que solo le había causado sufrimiento por años, su madre parecía cada vez más preocupada y él se sentía irritado cada vez que ella trataba de levantarle el ánimo, estaba siendo mal agradecido y dentro suyo lo sabía pero no tenía las fuerzas para pedir perdón, no podía perdonar al insistente rizado que lo visitaba en su ventana por largas semanas durante la noche, Louis nunca abría, ni siquiera abrió cuando la fuerte lluvia golpeaba con furia la ventana y el rostro ya de por sí húmedo por las lágrimas de un destrozado chico. Cuando la familiar silueta de Harry dejó de aparecer en la ventana comenzó a echarlo de menos.

A pesar de no querer volver a ver al equipo de fútbol americano en su vida, tenía que terminar su deber como asistente o sus notas decaerían, así que con todo el valor que tenía decidió asistir al torneo, Harry no apareció en toda la temporada y Zayn lo suplió, quería llamarlo y preguntarle si todo estaba bien pero su orgullo valía más que eso.