— Había olvidado que tenía eso ahí—Balbuceo tan nervioso, Louis solo sonrió enternecido.

— Eras tan bonito—Murmuró sin poder dejar de ver la fotografía.

— Por favor, para ya ¿Puedes dármela? —Extendió su mano con incomodidad, Louis hizo una pequeña mueca y se la entregó.

— No deberías avergonzarte, has logrado superarte ahora eres...Wow —Lo señaló de pies a cabeza con sus manos y sonrió incrédulo— Un Adonis.

— Te dije que todos teníamos inseguridades—Murmuró mirando su propia fotografía.

Harry suspiró guardándola en uno de los cajones e invitó a Louis a la cama, el castaño tragó saliva y se recostó junto al dueño de la habitación quien puso la caja de chocolates en medio de ambos.

— Amo estos chocolates, son mis favoritos—Sonrió el castaño, estaba dispuesto a compartirlos con Harry, eso era amor.

El rizado tomó uno y lo llevó a la boca del castaño para que lo mordiera, cuando lo hizo se inclinó para besarlo y saborear el sabor de sus besos con chocolate, delicioso.

Louis esa noche descubrió que el chocolate sabía mucho mejor desde los labios de Harry, nunca pensó que el chocolate lograra embriagarlo tanto o quizá era el vino, ya no estaba seguro.

La caja de chocolates estaba casi vacía en el buró, mientras ambos chicos se besaban con euforia en la cama, los cálidos besos de Harry descendieron por su quijada hasta su cuello y Louis soltó un respingo, necesitaba más, lo quería.

— Harry ¿Podrías tocarme? —Susurró casi sin aliento, Harry levantó su rostro para mirarlo a los ojos.

— ¿Estás seguro? —Su voz había vuelto más ronca de lo normal, Louis se estremeció asintiendo.

El rizado le regaló una sonrisa y besó sus labios de nuevo llevándolo a un mundo de sensaciones increíbles, el cielo, pensaba Louis, sus ágiles manos desabotonaron su pantalón y bajaron el zipper con desesperación, el castaño apuñó sus ojos con vergüenza cuando la mano de Harry rozó su vientre abultado, el de ojos verdes ni siquiera se inmutó ante eso, no importaba.

Acarició despacio su virilidad mientras el dulce castaño soltaba suspiros y jadeos tímidos, eran música para los oídos de Harry, con agilidad comenzó a mover su mano de arriba abajo.

El castaño no se atrevía a abrir los ojos, se sentía demasiado apenado a pesar de estar disfrutando como nunca, para su buena suerte algo lo impulsó a mirar al rizado, quien le regaló una sonrisa mientras su respiración se agitaba, sus labios estaban mucho más hinchados de tanto morderlos y su mano se movía con experiencia sobre su miembro, eso fue el paraíso, fue demasiado, no pudo aguantar más que unos minutos cuando tuvo su orgasmo en la mano de Harry soltando un gemido agudo.

Cubrió su rostro con vergüenza cuando sintió como Harry bajó de la cama, no quiso saber nada más pero el rizado regresó con una toalla húmeda y lo limpio con cuidado, beso su frente y arrojó la toalla lejos recostándose a su lado cuando ya había acomodado su ropa de nuevo, lo abrazó y suspiró relajado, todo el mundo debería de tener envidia de Louis justo ahora.

— Es mejor que el chocolate—Susurró aún anonadado por su reciente orgasmo.

Harry soltó una carcajada y lo aferró a su cuerpo besando su cabello, Louis sonrió demasiado feliz correspondiendo a su abrazo.

***

Sus grandes manos recorrían las mejillas del dulce chico como si fuese lo más bonito y delicado del planeta, tal vez lo era, soltó un ligero suspiro sin querer apartarse nunca de dónde estaba, la imagen de Louis durmiendo era espectacular.

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