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Abrí mis ojos algo adormilada al oír las risas de Axozer acompañadas de Karchez en la sala de estar. ¿Había visitas y no me levanto? Será hijo de puta.
Con un novio así para que quiero enemigos.
Cómo pude me levanté para arreglarme lo más rápido que mi cuerpo permitió, terminé de peinar mi cabello y me mire en el espejo lista para salir e ir a saludar.
Me sorprendí bastante al ver a Karchez acompañado de una mujer bastante linda.
—Se te pegaron las sábanas, hija mía.
—Que va, mi roomie no me despertó.
Señale a Axozer el cual me miro sonriendo inocente, le agradecí cuando me pasó un tazón con cereal y leche.
—___________, ella es Abby.
—¿Eres novia de este subnormal? Ven te doy mi bendición—dije estrechando mi mano con la mujer quien se limito a reír tímida.
—Me da gusto conocerte al fin, Karchez no deja de hablar sobre vosotros—murmuró riendo levemente.
—Pero no te pongas triste, cariño. Karchez sigue siendo tu pareja... En Tortillaland.
—Lo mismo he dicho y se han enojado.
—Son igual de dramáticos ¿Si no por que se llevarían tan bien?
Ambas reímos ignorando las malas miradas de nuestra parejas, nuestra mañana se basó en oír la historia de la pareja y la razón de su visita. Había extrañado estar con Karchez.
E inicio una buena amistad con Abby en cuestión de minutos, me dio demasiada confianza y no dude en sentirme mal cuando me contó todo lo que le decían por estar con Karchez.
—En unos días es tu cumpleaños ¿Harás algo?
Alce mis hombros ante la pregunta de mi amigo levantandome para dejar mi plato en el fregadero.
—No tengo planeado nada a decir verdad—susurre dándome cuenta que no tenía nada organizado.
—Con su regreso a Twitch ha tenido demasiado trabajo—defendió Axozer aunque no decía mentiras.
—Si necesitas ayuda para planear algo, aquí estamos.
Asentí agradeciéndole a Abby, la pareja al ver la hora decidió que era momento de irse. Me quedé sentada en el sofá de la sala de estar aún pensando en que haría.
Es decir, mis últimos cumpleaños los había pasado en México junto con Ari y Juan quienes solo me llevaban a una cena. Nunca había sido fan de las fiestas pero volver a pasar un cumpleaños junto a todos los que quiero... No diría que no.
—Por tu rostro, se que estás pensando.
—Quiero festejar mi cumpleaños aquí...
—Inténtalo, no siempre se cumplen diecinueve—burló acariciando mi mejilla, cerré mis ojos ante su tacto deseando que nunca dejará de hacerlo.
—Iré con Sara y Raúl para que me ayuden con unas cosas.
—Yo veré a los invitados ¿Te parece?
—Eres el mejor.
—Lo sé.
Reí dejando un golpe en su hombro, tomé mi bolsa lista para emprender camino a la casa de mi hermano. Al llegar saque las llaves para poder entrar.
Al parecer estaban en su día de descanso pues lo primero que vi al entrar fue a la pareja recostados viendo su gran televisión. Estos me dieron una mirada para después regresar a la pantalla, cómo si no estuviera ahí.
—Hola, yo igual los extrañe—ironice sentándome cerca de ellos.
—Perdona, llevamos meses queriendo acabar está serie.
—Vale... Entonces veré quien más me ayuda a planear mi fiesta de cumpleaños.
Trate de no soltar una carcajada al ver cómo Sara apagaba la televisión en cuestión de segundos.
—¿Dijiste fiesta de cumpleaños?—asentí mirando a la rubia—¡Al fin! Raúl, nuestra niña celebrará su cumpleaños en casa.
—Joder... Creí que no te gustaban las fiestas.
—Tambien quiero celebrar que volví... Después de casi nueve meses—susurre acostándome en su sofá.
—Te ayudaremos, la fiesta puede ser aquí...
—Siempre y cuando dejen todo ordenó, sin romper nada—señalo mi hermano.
—Va a ser una fiesta que recordarás siempre.
—Sara, cariño ¿Por qué no vas a comprar algo para celebrar?—la mujer no pensó ni dos veces para salir corriendo de la casa.
—¿La has corrido?
—Quiero enseñarte algo, ven—algo confundida camine detrás de él hasta llegar a mi antigua habitación.
Claro que me sorprendí cuando saco una pequeña caja que contenía un precioso anillo de compromiso o al menos eso aparentaba... Joder.
—¿Es lo que creo que es?—pregunte tomándolo con delicadeza—¡Después de años! Si que eres hijo de puta.
—Entiendeme... Terminamos hace tiempo y después de eso nos unimos más... Creo que ya es tiempo.
—¿Cuando?
—¿Estás de acuerdo que sea en tu fiesta? No tengo tiempo para planear algo más lindo—murmuró completamente sonrojado.
