Estaban en una reunión de pandilla, su cabeza dolía por todo lo que lloro y solo quería ir a dormir, aún así no podía faltar o al menos eso le dijo mikey. Estaba parado entre mitsuya y Takemichi, recargando su peso en el mayor.
—¡La primera reunión del año de todos los miembros del Tokyo gang va a empezar!— grito el segundo al mando
Hakkai había llegado a su lado y comenzó a contar su parte de la historia, todo los miembros estaban atentos a sus palabras, pero chifuyu estaba por quedarse dormido, sin embargo el ruido de todos los demás gritando lo despertó.
—la pelea con los black Dragons valió completamente la pena por salvar a hakkai, takemichi—
En ese momento su atención se fue a los dos chicos que aparecieron junto a sus líderes, eran koko e inupi.
—van a anunciar que se unirán ¿Verdad?— pregunto a su compañero
—si, al parecer mikey dijo que era necesario decirle a todos que la nueva generación de los black Dragons está bajo nuestro mando— explico
—sigo sin entender porque te quieren seguir, ¿Y si hay otra razón?— ambos se miraron —tenemos suficiente con el desastre de kisaki—susurro
Observaron cómo los dos chicos se acercan a ellos y se quedaron callados, esperando a que dijeran algo.
—es un placer estar aquí capitán— hablo con un tono de burla el pelinegro para seguidamente sacar la lengua
—como ya he dicho antes, no pediré que confíes en nosotros, pero si necesitas algo solo dinos, te ayudaremos—
—¿Inupi verdad?— pregunto chifuyu y el otro lo quedó viendo —no te preocupes mucho, y no seas tan serio— sentenció
—¡sin más que decir, se pueden ir!— grito mikey
Matsuno miro a los dos chicos que ese día deberían haber sido expulsados, se quedó pensando en si hanma llevaría acabo el plan esa noche, si ellos dos serían pareja, si es que de alguna manera estaba traicionando al pelinegro con esto.
—a fin de cuentas kisaki es el enemigo— susurró
El chico de la cicatriz lo volteo a ver, por alguna razón sentía que debería hablar con él, que de algún modo podrían llevarse bien, pero no hizo nada, incluso cuando vio como se seco una pequeña lágrima. No dijo nada. Los cuatro estaban caminando por la fría ciudad, pero nadie decía nada, hasta que el pelinegro ya harto del silencio hablo
—¿Por qué no sacaron a kisaki?— pregunto —por lo que tengo entendido los traicionó—
—tu también traicionaste a los black Dragons cuando te pedimos información— acuso el ojiazul
—te equivocas chifuyu, no fue traición, yo solo vendí mis conocimientos—
—¿Qué tú hiciste que?— pregunto su compañero
—nada inupi, no te preocupes, pasado pisado—
—has lo que quieras, me voy a casa— se despidió con un claro enojo y el pelinegro salió detrás de él.
El menor no dijo nada y solo camino a su departamento, no supo en qué momento se había alejado de su amigo pero solo se tumbó en su cama y cayó dormido, no tenía ganas de nada, solo quería descansar.
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