—Yo nada, ¿ves a esa mujer? — señaló a una mujer joven.

—Sip.

—Es una buena amiga mía, y es la mejor sexologa que conozco.

—¿Osea que ya no hablarán de cuidados?

—Sí, pero también tendrás la oportunidad de conocer lo que querías — se acercó a mí.

—No me voy a meter, si mi hermana me ve a dentro le va a dar algo.

—Tú hermana siempre está ocupada, no la he visto hasta ahora.

—Jungkook... — me interrumpió.

—Tranquila, yo estaré vigilando la puerta, tengo que quedarme aquí de todos modos.

—Osea qué, ¿no entrarás?

—No, no soy sexologo, y sólo se permiten mujeres aquí.

—Voy a estar sola adentro, no me dejes.

—Tienes que hacerlo, ve, te espero aquí afuera — me dio la vuelta y entré dando unos pequeños pasos, él se alejó para recargarse en la pared de enfrente y esperarme.

No me voy a negar, quería hacerme la difícil porque me da pena que me vea queriendo saber de estos temas, pero ya hemos pasado por algunas cosas así que lo sentí menos incómodo.

Me senté en las tercera fila de enfrente casi a la orilla, los lugares estaba llenos, y todas tenían una sonrisa enorme o una cara de seriedad, mientras yo parecía una víctima en medio de muchas cazadoras.

—Hola chicas, ¿cómo están? — la sexologa llegó con un ambiente de alegría.

Todas respondieron al unísono "Bien", y yo me mantenía viendo a todos lados, no sé, sentía que me veía mal haciendo esto, pero no soy la única aquí, todas estamos por lo mismo.

—Vamos a comenzar este pequeño taller, me presento soy la sexologa Yoo, y yo les impartire este viaje a conocerse así mismas — se presentó.

La manera en la que habla y transmite ese sentimiento de confianza y esa increíble comodidad en que habla, te deja sin palabras, y empiezas a creer que esto no tiene nada de malo.

—Hoy no tengo un tema en específico, hoy todas tienen la libertad de preguntar lo que sea — en ese momento todas nos miramos, haber quién sería capaz de sacar a flote eso que tanta pena nos da y nos da miedo preguntar — Sin pena, todos tenemos preguntas, así piensen que es estúpido, no lo es. Anímense, ¿quién quiere preguntar?

Hasta el fondo una chica de cabello corto y lentes, levantó la mano, emocionada la Sexologa le indicó para hablar.

—Dime, mi niña, ¿en qué te ayudo? — le dijo.

—Ahora estoy en la adolescencia, tengo diecisiete años, y ya hace unos años probé por primera vez la masturbación, pero sólo lo hago con una almohada — ella dijo esto último con pena, y todas sacamos unas pequeñas risas normales, sin burla — Quisiera experimentar hacerlo con mi mano, pero no sé cómo hacerlo.

¿Vieron el tamaño de sus ovarios? Así de bien quiero preguntar, pero no, Jisoo reprimiendose es lo primero. Una chica de diecisiete años y yo teniendo veinte no puedo hacer estas mierdas.

—Perfecto, imagínate que esto — puso su mano en un puño, mostrando la parte de un lado — es una vulva, en la parte de arriba está el clitoris, y con tu mano — ocupó su otra mano para señalar y hacer movimientos — vas a dar un pequeño masaje en círculos, no tan fuerte por que puedes lastimarte, hazlo despacio, y poco a poco tú irás a tu ritmo. Con estos tres dedos — señaló — puedes dar unos ligeros — hizo enfoque en esta última palabra — golpecitos, recorre con tus dedos toda tu zona, y después regresa al clitoris, masajealo en círculos o de lado a lado, puedes ir subiendo la intensidad si así lo deseas, al final sólo te queda disfrutar.

DISTRACTION |+18|Where stories live. Discover now