Capítulo 13 Edmund Se Niega

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El llanto del bebé se oía por toda la casa lucy lo arrulla con mucha paciencia.

-Ha estado así desde hace rato.

Imun mira a su bebé desde la cama donde esta descansando, últimamente se le notaba muy débil desde el parto.

-Tal vez deberíamos de traer a algunas nodrizas y más ayuda para ti.

-Eres muy amable pero ya me has ayudado bastante

-Eres mi familia es lo menos que puedo hacer por ti-Lu le sonrió mientras besa la mejilla del bebe.

Este empieza a patalear para que lo bajen

-Nuestra madre solía decir que Peter era inquieto así que probablemente el joven príncipe también lo sea.

-Ruego a Aslan que cuando crezca encuentre la fuerza necesaria.

-Vas a mejorar Imun.

El ambiente se vuelve serio inclusive Edred deja de lloriquear.

-Pobrecillo se ha quedado cansado de seguro.

Imun evade el tema y Lucy no insiste, deja a Edred un momento con su madre, sus ojos captan a Ser Robert hablando con un guardia.

-¿Y que me dices de el?

-¿Ser Robert? ¿Que pasa con el?

-¿Son algo?

-Somos... Amigos solamente.

-Por cómo lo ves no creo.

-Es la verdad, soy la reina Imun, tengo cosas más importantes en las que pensar.

-Reina o no, debes querer que alguien te ame o mínimo te muestre afecto, Peter siempre quiso lo mejor para ti.

-Y lo haré cuando tenga tiempo.

-Hoy es un buen día soleado ve a pasear con Ser Robert, Edred se quedó exhausto no despertara hasta más tarde.

Lucy suspiro, no necesitaba una celestina y lo que menos le apetece en estos momentos es pasear con Ser Robert, teniendo una guerra tan cerca, al final tuvo que salir al ver que los dos se habían quedado dormidos.

Al salir Robert estuvo a su lado cuidándola, desde que Rabadash estaba cerca del campamento se negaba a dejarla sola.

-Ya quiere regresar, su majestad?

-Me temo que todavía no-sonrió un poco-solo unos minutos más.

-Usted manda.

Ser Robert acaricio el puño de la espada, no le sonrió solo se alejo de ella como últimamente hacía.

Se tumbo entre las flores, puso ambas manos sobre su estómago miró hacia el cielo despejado mientras jugueteaba con una pequeña flor.

Cuando se acercó la hora de irse, cerró los ojos con fuerza de repente quería llorar tuvo que parpadear unas cuantas veces antes de calmarse, Ser Robert llegó al tiempo, Lucy había pensado que el creyó que se encontraba dormida.

-Es hora de irnos majestad.

Se tumbo a su lado, ambos voltearon a verse.

-Temo que tienes razón.

Lucy suspiro, sintió impulsos de acariciarle el rostro al final le puso la mano sobre la mejilla suavemente se permitieron estar unos segundos más así, Ser Robert se permitió darle un beso en la frente y abrazarla.

Cuando se alzaron otra vez volvieron a la  situación del formalismo,ambos querían que supieran que se apoyaban mutuamente pasara lo que pasara, el camino a casa no fue más que un dolor de cabeza, tan solo llegar a Cair Paravel Susan la recibió con una mirada preocupada.

Las crónicas de Narnia: La reina valiente, Lucy Pevensie🌌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora