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⚠️𝘈𝘥𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢: 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢
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- Harry, vamos come un poco. – Le dices a tu novio sentada en su cama.
- No tengo ganas. – Murmura bajo las sábanas que lo tapaban.
- Necesito que comas un poco amor. – Dices suavemente mientras le haces cariño en su espalda.
- No tengo ganas Kira, déjame solo. – Dice mientras se removía en la cama.
Suspiras con pesar y te levantas recogiendo los platos llenos de comida de días anteriores y algunos vidrios esparcidos por el piso.
Bajas las escaleras de la orden y vas hacia la cocina, Dejas los platos en el lavabo y los vidrios en la basura.
- Como esta Harry? – Pregunta Remus al verte salir al comedor donde estaban todos.
- No quiere comer, no quiere hablar y me hecho de la habitación. – Suspiras prácticamente tirándote en la silla.
- Debe estar devastado. – Murmura Molly.
- Saben yo también estoy mal ¿era mi padre lo sabían? – Dices molesta. – Pero aquí estoy... Preocupándome de Harry. – Ries irónicamente.
- Kira se que estas mal. – Comienza Ron. – Pero lamentablemente eres la única que puede entrar a la habitación de Harry sin que nos golpee, insulte o trate de hechizarnos. – Dice Ron con lastima.
- Bueno mientras Harry se queda en su habitación haciendo nada, yo me quedo en esta maldita casa donde en cualquier parte que pase me acuerda a mi padre y los momentos que tuve con él, esperando a que mi novio venga y me consuele. – Gritas con lágrimas en los ojos.
- Kira. – Murmura Remus.
- Pero no va a pasar, porque mientras el perdió a su padrino, que en verdad lo lamento, yo perdí a mi padre. – Dices. – Mientras el llora yo tengo que prácticamente drogarme con un montón de pastillas para conseguir un poco de paz. – Te levantas de la silla. – ¡Mientras él no hace nada por mi yo hago todo por el! – Gritas y sales del comedor escaleras arriba para encerrarte en la habitación que era de tu padre.
Te apoyas en la puerta mientras respiras tratando de tranquilizarte.
El olor a tu padre te inunda haciendo que abras los ojos analizando la habitación.
Habías lanzado un hechizo que provocaba que el olor nunca se fuera y quedara impregnado en cada parte de la habitación.
La cama estaba desecha a causa de que habías dormido ahí, las cortinas estabas abiertas dejando que la luz de la luna iluminara la habitación.
Ropa esparcida por el suelo que no querías recoger, pues era el desorden que había provocado Sirius con la escusa de que era "Su orden" y que tu no lo comprendidas.
