Nuevo Amanecer[COMPLETA]✔️

~~~••Capítulo 41••~~~

Espera que me perdí. ¿Esta no era la justiciera que reveló la verdad? ¿Cómo que ahora es también la hija de la villana?

Deborah también pareció desconcertada.

Marcel bajo la cabeza como quien ya lo sabía y lo había ocultado.

—¡Mi hija se quemó!—Grito Deborah.

—No, tu hija está viva y es Ana, ¿o no, Marcel?—Pregunto Vanessa.

—Es cierto.—Cedió Marcel.

—Una vez que supe que ninguno de nosotros era hijo de ella, la investigue a fondo, descubrí lo de su hija y también descubrí que mantenía cautivo a Marcel, una tarde, le pregunte por qué Deborah lo tenía secuestrado y me conto toda la historia.—Comenzó Vanessa a contar.—Alaska nunca murió. El incendio en su habitación fue provocado por Marcel, él sacó a la niña del dormitorio y se la entrego a la única persona en que confiaba para cuidar de su hija: MEGAN. Luego tomo el cadáver de una niña de un hospital y lo colocó en la cama y prendió fuego a la habitación.

Una vez que Vanessa contó eso todo regreso.

Los recuerdos que durante años mi mente quiso ocultar por mi bien, para que no recordara esos tiempos, todos volvieron.

Flashback:

Era una niña.

Muerte. Muerte. Muerte.

Veía como mis padres asesinaban a personas en nuestros viajes a pueblos, no quería que los mataran, eran mis amigos, me habían dado cariño, nos habían recibido en sus casas pero ellos los mataban.

Mamá decía que eran malos.

Papá decía que mamá estaba loca.

Y las voces, ellas decían que debía matarlos a ambos.

Las voces decían muchas cosas pero ninguna buena, todas oscuras y retorcidas.

Las voces comenzaron a llegar cuando no sabía si hacerle caso a mamá o a papá así que decidí hacerle caso solo a ellas, eran mis amigas o eso decían.

Que matara al perrito, el ladraba a veces y eso molestaba a las voces, decían que era ruidoso y molesto así que una tarde lo mate pero mis padres compraron otro al cual también mate a cuchilladas.

Luego trajeron un gatito, era tierno pero las voces decían que era frio, seco, que a diferencia del perro no era alegre ni juguetón.

Así que su hogar no era a mi lado, debía estar en un lugar frio como él donde fuese feliz, así que lo metí en el refrigerador.

En las noches las voces me enseñaban a hacer chirridos porque tenía miedo y eso alejaba a los fantasmas.

Comencé a sentir curiosidad por los cuchillos, mis padres siempre asesinaban con ellos así que me parecían lindos, atrayentes.

Una noche mi padre me sacó de casa y me entrego a una mujer.

Al comienzo desconfiaba de ella, hacia chirridos para espantarla, tomaba cuchillos, le mate a cada uno de sus gatos y a sus hermosas aves pero ella nunca me tuvo miedo, siempre me dio mucho amor y con el tiempo las voces fueron desapareciendo.

Fui olvidando a Deborah y también a mi padre.

¿Alguna vez les dije el nombre de mi madre desde que comencé a contaros?

Pues no y no lo había dicho porque no me acordaba, sabía que había tenido a mi madre, que me cuido, que era rica y termino pobre, Megan era su nombre.

Ahora todo tenía sentido:

Ella fue el gran amor de mi padre, quien lo hizo darse cuenta que lo que hacía no estaba bien, ella fue la mujer que él confió en que me criaría con amor y haría que dejara ese lado psicópata que mi verdadera madre había creado en mi.