Él tenía poder en mi sin saberlo, y eso me asustaba.
Podría haber sido perfecto si no lo hubiera arruinado, podría haber sido perfecto si nunca te lo hubiera confesado, podría haber sido perfecto, pero tú nunca me mirarías como yo a ti.
Steven Con...
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Habían pasado ya unos cuantos días, Steven y yo ahora estábamos intentando algo serio, se lo había dicho a mis amigas y obviamente, a Belly.
De mis hermanos y mi madre se encargaba Steven, cosa que él mismo decidió.
Hoy era el cumpleaños de Belly, había estado unos meses antes con Conrad buscando el regalo perfecto para ella.
Estábamos todos en la cocina terminando de preparar la decoración que siempre hacíamos, vimos a Belly bajar así que todos comenzamos a saludarla.
—Oh no tengo hambre —dijo Belly rechazando sus tortitas de Mickey Mouse.
—Bueno, hora de los regalos —dijo Mamá caminando hacia la sala.
Todos nos sentamos en un círculo para ver cómo Belly abría los regalos.
Era mi turno, le di tres cosas, sabía que a Belly le encantaba Taylor Swift así que decidí darle una bolsa de tela con un bordado de folklore, un bordado hecho a mano y el cárdigan de folklore.
Ella se quedó mirando los regalos un segundo sin decir nada, había pensado que no le gustaron mis regalos hasta que corrió a abrazarme.
—Me encanta, me encanta, me encanta, como conseguiste todo esto? —dijo Belly aún abrazándome.
—El bordado lo hice yo, te gusta? —pregunté con una sonrisa.
—Es increíble, gracias —dijo mientras se volvía a sentar en su sitio.
—Conrad, te toca darle tu regalo —dijo mamá con una sonrisa.
Me acuerdo que Conrad estuvo 10 minutos enteros en la joyería buscando el collar de infinito perfecto para Belly, significaba algo muy especial para ellos.
—Se me olvido —dijo.
—Que? —pregunte mirándolo.
—Lo siento Belly —dijo.
—No pasa nada, tampoco esperaba un regalo —dijo Belly algo triste, mi hermano era un imbécil.
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Todos se habían ido de casa, estábamos Steven y yo en el sofá viendo The Amazing Spiderman 2.
—Cual es tu Spiderman favorito? —le pregunte a Steven.
—El de Tobey —dijo mientras comía de sus palomitas —El tuyo es Tom, a que si —dijo seguro, yo solo lo mire y levante una ceja.
—Pues no, mi favorito es el de Andrew —dije.
—El de Andrew? —preguntó con el ceño fruncido.
—Si, desde siempre a sido mi favorito —dije con una sonrisa, el me tiro palomitas a la cara.
