Montaña Rusa

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Visite una vez un parque temático, lleno de atracciones, juegos, comidas, todo diversión. En lo que caminaba por el área me tope con la atracción mas grande del parque, una montaña rusa que a simple vista era difícil seguirle la pista, los raíles subían y bajaban sumándole una serie de loopings, una autentica monstruosidad. Mi primera impresión fue "debe ser difícil entrar ahí, ha de llamar la atención de todo el mundo". Para mi fortuna en esta atracción no había largas filas, solo encontrabas al personal dentro esperando a un cliente. El vendedor de boletos era el mismo que operaba la máquina, al verme me llamo con todo entusiasmo, con una enorme sonrisa, para que me acercara a comprarle un boleto y así gozar de dichosa experiencia única e inigualable, así lo describía él. No soy fanático de las alturas, pero al ver las energías de este vendedor, al ver que de todas las atracciones, está por alguna razón me llamaba la atención, así que acepte comprarle un boleto. Ya dentro me asombre por las buenas condiciones del lugar, limpio, aseado, con un aroma fresco que te invitaba a la tranquilidad y paz, siendo esta una máquina que me sometería a grandes velocidades, me elevaría hacia las alturas, que probablemente me genere éxtasis por la emoción, sentiré mi cuerpo vibrar como nunca antes, mi corazón saltara de mi pecho, sentiré un cosquilleo por mis costillas como si monos se columpiaran en ellas, mis pulmones se llenaran del aire más puro, una experiencia llena de adrenalina, o al menos eso pensé.

Una vez dentro del vagón, con los cinturones puestos y toda la seguridad en su lugar, el vendedor de boletos me miro a los ojos, sonrió y dijo "disfruta" después de mover una serie de palancas. Lo siguiente no encuentro como describirlo, el vagón se movía siguiendo los rieles con una velocidad calmada, cogiendo altura. Poco a poco se me llenaban los pulmones de un aire que calmaba los latidos de mi corazón, mi piel gozaba como la acariciaban estos vientos que ojalá fueran exclusivos para mí. Mis ojos que alguna vez estuvieron borrosos miraban todo con la misma claridad del agua mas cristalina de la playa mas hermosa del mundo. Parece ser que hay flautas y violines en el cielo porque mis oídos están muy atentos a las notas musicales que escucho aquí arriba. En los más alto de la montaña rusa, miraba al fondo un paisaje hermoso lleno de árboles que vestían un cerro el cual era bañado por la luz del sol, el cual se acostaba lentamente como el cachorro mas cansado pero feliz. Y que decir del cielo, se pintaba de una mezcla de colores que me llenaban de vida. Y en mi mejilla una lagrima.

Estuve más de cinco segundos en la cima cuando poco a poco empecé a descender, las nubes bañaban mi rostro a una gran velocidad, el viento golpeaba mi cara de tal forma que no podía ver absolutamente nada. De pronto el vagón se detiene, abro mis ojos y mire un rotulo que decía "salida", el show había terminado. Me levanté del vagón, fui riendo y corriendo como cualquier niño donde el vendedor de tickets y le dije con una sonrisa de oreja "voy otra vez". Y volvía a subir, una y otra vez.

Las demás veces fueron igual a la primera, misma experiencia. Cuando cerraba la atracción y tocaba volver, a casa contaba las horas para volver a gozar de nuevo de mi montaña rusa. Al siguiente día cumplía mis deseos y otra vez ahí estaba yo, primero en la entrada esperando a que esta atracción abriera sus puertas. Lo que primero fue una curiosidad se convirtió en mi rutina diaria, no quería otra cosa mas que vivir una y otra vez lo que solo en mis sueños puedo sentir.

Un día, la atracción cerro antes de la hora establecida, no pude comprar otro boleto para poder subirme otra vez. Le pregunte al vendedor de boletos: ¿por qué cerrar temprano hoy? A lo que el respondió que estaban dándole mantenimiento al dichoso juego, nada de que preocuparme. Paso el siguiente día y la atracción aun no abría, me encontré a alguien del personal y le pregunté por qué no abrían las puertas. Me dijeron que la atracción sigue en mantenimiento, y no pueden correr riesgos de que un cliente se lastime.

Regrese desmotivado a mi casa, sentía un vacío en mi que no se podía llenar fácilmente. Descubrí que mi día a día giraba en lo que me daba la montaña rusa sin percatarme lo que haría sin ella, sin percatarme que la ultima vez que me subí en esta atracción podría ser, realmente, la ultima vez. Pasaron semanas, pero la respuesta era la misma. Ya de perdida, me quedé un buen rato esperando a alguien del personal que me diera una respuesta sobre cuando volverían a abrir y para mi sorpresa me encontré al vendedor de tickets saliendo de la atracción. Cuando lo vi no le pregunte nada, el hombre vio mi rostro y con la misma sonrisa con la que se dirigió a mi la primera vez que nos vimos ya hace mucho, me dijo "veo que llevas mucho tiempo esperando, lo sabemos, pero lamentamos decirte que no volveremos abrir por un largo tiempo." No quise mostrar un sentimiento de dolor porque no me gusta mostrarme débil hacia las personas, pero en mis ojos podías ver todo lo que yo sentía en ese momento. El hombre puso su mano en mi hombro y me dijo "no podemos darte una fecha, es cierto, pero podemos darte esto", extendió sus manos y me dio una carta de parte del personal que decía "para nuestro mejor cliente, muchas gracias". Ya antes de despedirse el hombre me dijo, si volvemos a abrir espero que sepas que por ti cambiamos los requisitos para ser el cliente número #1. De la nada este señor saco un cartón enorme de una figura que señalaba la estatura indicada para ser el nuevo cliente número #1, yo me quede asombrado pues esta figura era enorme. "Pero yo no soy tan alto" le dije con gracia. "Lo sabemos, solo queremos ensenarte lo alto que dejaste la cinta para ser el número #1"


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⏰ Last updated: Aug 09, 2022 ⏰

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Montaña RusaWhere stories live. Discover now