03

1.1K 175 49
                                    


Lan Zhan levantó la vista de su computadora al escuchar su nombre.

—Lan Zhan, hay un estudiante aquí que quiere verte.

El maestro se movió para revelar a Wei Yuan de pie allí con una brillante sonrisa que rivalizaba con la de su padre. —¡Hola, Lan Laoshi!

Lan Zhan casi lo corrigió, pero, al recordar dónde estaban, decidió dejarlo pasar.

—Wei Yuan. ¿Qué puedo hacer por ti?

—Jin Ling y yo estábamos a punto de ir a ver el partido de fútbol de Jingyi y Zizhen. ¿Quieres venir?

Lan Zhan volvió a mirar la pila de tareas que necesitaba calificar. —No estoy seguro- —Se detuvo ante la cara de cachorrito que le dio el chico. Era el mismo que usó cuando tenía cuatro años, el mismo que usó el día que Lan Zhan le dijo que se iba y nunca regresó. El cuchillo se retorció más profundamente en su corazón. —Bien. Me iré contigo.

Wei Yuan vitoreó. Agarró el brazo de Lan Zhan y lo sacó de la oficina. Jin Ling estaba esperando en el pasillo y se puso en fila junto a ellos.

El grupo llegó a las gradas justo cuando el partido estaba a punto de comenzar. Lan Zhan notó el cuerpo letal de Wei Ying junto al cuerpo pesado de Nie Mingjue.

—A-Yuan, ¿tu baba es entrenador?

—¡Sí! Lan Jingyi mencionó que el entrenador asistente de Nie Laoshi se fue el año pasado y no ha encontrado un reemplazo. Como baba jugaba en la escuela secundaria, le dijo que lo iba hacer el.

LanZhan asintió. No había olvidado que Wei Ying jugaba al fútbol en la escuela secundaria. Por el contrario, nunca pudo olvidar un solo hecho sobre Wei Ying. Todavía recordaba cuando Wei Ying lo había retado a un partido bajo la lluvia en su segundo año de universidad después de tomar demasiados tragos. Lan Zhan solo había accedido porque Wei Ying había sido insistente y no quería que se lastimara. Así fue como terminaron en los campos de fútbol en una fría y lluviosa noche de abril jugando al fútbol. Ambos se resfriaron después, pero fue lo más divertido que Lan Zhan había hecho en mucho tiempo.

El silbato resonó en el campo y comenzó el partido. Se sentó en silencio junto a los chicos mientras animaban a sus amigos. En un momento, Wei Ying miró hacia atrás al escuchar los vítores de su hijo y se congeló al ver a Lan Zhan. Sus ojos se abrieron antes de sonreír tímidamente y saludar. Lan Zhan le devolvió el saludo, también sonriendo. Se sentía cálido por tener esa sonrisa vuelta hacia él una vez más.

En algún momento del juego (no estaba seguro de cuándo), Lan Zhan se levantó. —Voy a tomar una bebida de las máquinas expendedoras. ¿Les gustaría algo, muchachos?— Wei Yuan y Jin Ling le dijeron su pedido y él se arrastró por las gradas hasta el suelo. Estaba a unos metros de de el cuando escuchó a alguien gritar —¡Cuidado!— Giró la cabeza justo a tiempo para que la pelota le diera directamente en la cara.

Golpeó el suelo inmediatamente después. Una vez que la luz blanca se desvaneció de sus ojos, notó que Wei Ying y un grupo de personas se amontonaban a su alrededor.

—¿Estás bien, Lan Zhan?

Intentó responder que sí, pero un montón de murmullos salieron de su boca.

—Está bien, creo que necesita ir a la enfermeria. Wei Ying, ¿podrías llevarlo?

—¿Yo?

—Ninguno de los otros niños puede cargar con su peso, y dudo que pueda caminar solo ahora.

Wei Ying asintió y ayudó a Lan Zhan a ponerse de pie, pasándole el brazo por los hombros. Luego medio cargó, medio acompañó a Lan Zhan a la enfermeria.

Trampa para padresWhere stories live. Discover now