-Altamirano, debo decirte que mi hermana está castigada y no se puede separar de mí –Avisó Tom.

-Tranquilo, con gusto pueden ser nuestros chaperones –Respondió Hugo.

Me ofreció su brazo y lo tomé para luego caminar con él hacia el escenario que estaba frente a la entrada, con la satisfacción de saber que seguramente Tom se irritaría.

Al acercarnos la sonrisa que tenía en el rostro decayó un poco al ver que otra pareja también se acercaba.

En definitiva si pudiera describir a Mía Mackenzie con un color, sin dudarlo diría rosa, como era rubia muchas veces llegué a asociarla con Barbie.

-No sabía que la señorita Shelby sería tu acompañante el día de hoy, Altamirano –Comentó Malfoy.

-¿Qué puedo decir? Me gusta estar rodeado de mujeres hermosas –Respondió Hugo mientras me rodeaba la cintura.

-Acompáñame, me gustaría ajustar ciertas cosas contigo antes de dar comienzo a esto –Dijo Malfoy y prácticamente lo jaló haciendo que tropezara un poco antes de soltarme.

-Una dama respetable no se la pasa colgándose de brazo en brazo –Soltó Mía cuando tomamos asiento.

-Te estás confundiendo, porque yo no les pido "colgarme", ellos me lo piden a mí.

Una mirada recelosa fue lo que me dedicó antes de rodar los ojos.

La gente pronto se acercó al pequeño escenario y Malfoy dio inicio a un pequeño discurso.

-Sin más que decir, antes de que puedan disfrutar de la feria sevillana, démosle un aplauso a Hugo Altamirano, quién hizo varias donaciones para poder traer un evento de calidad.

Hugo se levantó ante la ovación y me hizo levantarme con él, nos pidieron acercarnos para tomar una foto y una vez más, el español aprovechó la situación para tomarme la cintura.

Bajamos del escenario y "las puertas" de la feria de Sevilla fueron abiertas.

Mis hermanos no tardaron en acercarse y juntos recorrimos la feria junto con Hugo, él nos explicaba un poco de cómo era en su país al igual que algunas actividades que se harían más tarde.

-Creo que es hora de divertirnos un poco –Comentó el español y nos guío a la zona de atracciones y juegos.

Mattheo y yo disfrutamos de los carritos chocones, mientras que los otros dos amargados solo nos veían a la lejanía, la montaña rusa también fue una de nuestras favoritas y solo nos quedara subir a la rueda de la fortuna o como ellos decían, a la noria o vuelta al mundo.

Mis hermanos y Hugo no estaban muy convencidos de subir así que tuve que hacer la fila sola mientras que ellos buscaban algo de beber.

-Creo que tus raíces gitanas se te ven bien –Sentí el aliento mentolado chocar en mi oído y una pequeña corriente eléctrica me erizó la piel al reconocer la voz de Malfoy.

-Buen trabajo embajador, hasta ahora todo va bien –Respondí girándome para encararlo -¿Vas a subir?

-No lo sé.

-Entonces sal de la fila.

-El día de hoy, el mando es mío.

-Si no piensas subir solo robas el espacio.

-¿Tus mejillas se tornaron rojizas por el enojo o te aplicaste mucho rubor?

-No te burles, suelo chapearme mucho con el sol.

-¿Cha qué?

-Sonrojarme pues.

-¿Segura que fue por el sol?

La quinta Shelby.  Libro 1Where stories live. Discover now