—Aquí está —Steve la tomó en sus manos viendo el grabado que tenía el nombre y año de la competencia—. Lindo tercer puesto —soltó una risa posando sus manos en su cintura.

—Al menos quedaste en podio —le devolvió la medalla y Rachel la tomó en sus manos viendo el grabado en ella.

La rubia se dio vuelta dejando que cuelgue dónde antes estaba para después darse la vuelta otra vez.

—Max estaba con unos niños —Steve alzó su mirada rápidamente y al escuchar aquello frunció el ceño confundido.

— ¿Qué niños?

—No lo sé, no los conozco —se encogió de hombros y dio un paso hacia él—. Pero parece ser que ellos a ti si —Steve sospechaba de quién estaba hablando—. Uno de ellos me preguntó si te conocía.

— ¿Quién?

—Uno rubio con risos —señaló su propio cabello haciendo referencia al del niño—. ¿Lo conoces?

—Pues... —se dejó apoyar en sus manos extendidas a un lado de él— uno de ellos fue mí cuñado por un tiempo —se encogió de hombros— creo que si, los conozco. Son Mike y sus amigos: Dustin, Will y Lucas.

Vio en la mirada de Rachel que no estaba muy segura de que Max estuviera con ellos pero sabiendo Steve como eran esos niños se aseguró de dejarle en claro que no le pasaría nada malo.

—Esos cuatro nunca traen problemas tranquila —aseguró con una sonrisa—. Max estará bien, no va a pasar nada raro —supongo.

Luego de enfrentarse a criaturas de otras dimensiones, escuchar hablar a los cuatro niños de una chica con el cabello rapado, un tatuaje de número y poderes psíquicos... bueno... supone que ese año no habría nada fuera de lo común.

Esperaba que no...

—Confío en tu palabra Harrington... —murmuró mientras pasó una de sus manos por el sedoso cabello de Steve.

Él la miró hacer aquel movimiento y se dio cuenta luego de que ella retirara su mano que no le molestó aquel acto. Casi siempre, por no decir todo el tiempo, le molestaba que tocasen su cabello, era algo sagrado que se limitaba a ver y no tocar pero en ese caso, con Rachel, pareciera que se olvidó de aquella regla que impone siempre que alguien hace un mínimo movimiento para tocarlo.

Rachel bajó la mirada a Steve y conectó sus verdes ojos con los marrones de él. Se interesó en la mirada que le estaba dando cuando no se inmutaba en la penetrante mirada de ella que normalmente corría al verla.

— ¿Qué pasa? —preguntó ella con su dedo índice haciendo círculos en el hombro de él.

Steve negó sin despegar aún su mirada de la de ella.

—Nada... —murmuró con una sonrisa.

Y lo sintió.

No fue como con Nancy.

No fue como con las otras.

Fue instantáneo pero se sentía tan bien que no pareciera que la conocía hace menos de dos meses.

Él antes de Nancy no era un chico que dudaba de lo que quería. No era de esos que daba las mil y un vueltas para estar con alguien, para acercarse a alguien.

Con Nancy lo fue porque sabía que debía de ser así, sabía que debía de ser paciente si quería algo con ella.

En el momento que vio a Rachel y el momento en que conoció a su hermano supo que con Nancy no compartían ni el color de pelo, eran totalmente distintas en todos los aspectos y aquello le encantó.

HARGROVE | steve harrington.Where stories live. Discover now